En la anterior reflexión decíamos de las Luces de Navidad. Por qué sale ahora la concejala de Festejos del ayuntamiento de Cartagena diciendo que es su deseo que los vecinos que vivimos muy gratamente en los barrios, vivamos la Navidad en el centro de la ciudad.

Estamos de acuerdo que hay que austeros, ahorrar en el gasto publico, que uno de sus principios seria que los vecinos vivamos la navidad en el centro de la ciudad para así minificar y ahorrar los gastos de las arcas del ayuntamiento.

Dice que de 400.000 mil euros en luces navideñas pasamos a 80.000 euros.

Estamos conforme, pero de ahí a decir que tenemos que bajar todos los vecinos y vecinas al centro para así contemplar las luces de Navidad que adornan nuestras calles (¿?). No quiere con ello (sin acritud) hacer comparaciones entre unos y otros (¿?), después de todo, cuando hayamos compartido entre luces y bambalinas tener que ir de nuevo a la penumbra, a la oscuridad de las calles, a la realidad del día a día (¿?) nos entra de nuevo el desánimo entre los vecinos, sin una simple guirnalda anunciando que aunque seamos vecinos de tercera queremos vivir la navidad igual que los vecinos del centro.

Entiendo que quizás sea un tema a debate, unos sí, otros que les da igual, pero nosotros reivindicamos que también somos de Cartagena.

Esto será como aquel que espera el sorteo de la lotería. ¿Me tocara?, ¿tendré salud?. Eso es lo que supuestamente nos toque de nuevo a los barrios, ver que nos ignoran en cuanto a luces de Navidad se refiere.

Estamos de acuerdo que la austeridad de todos pasa por el sacrificio de los de siempre, vecinos/as a la hora de apretarnos el cinturón en beneficio de otros.

Por eso bien es sabido que el cinturón es únicamente aplicable para las personas muy humildes, los vecinos/as que vivimos en los barrios y diputaciones, no quisiéramos por ello decir que existen vecinos de primera, de segunda etc., y no quisiera entrar en vecinos que viven en barrios marginados y degradables… Gracias a dios poco a poco estamos haciendo entre todos que no dependamos del centro, de las grandes urbes, hacemos que los barrios sean autosuficientes, incluso que vecinos y vecinas no bajen al centro si no es por una cosa urgente y/o que fuera imprescindible para de hacer.

Es por ello que a la hora de aplicar recortes en infraestructuras como es el caso que hoy denunciamos, hemos sido testigos que aun apoyando la política de austeridad, no se dan cuenta que los barrios están desamparados a la hora de poder seguir como en el centro la Navidad, únicamente con poner de forma controlada algunas guirnaldas o en aquella zona, NO zonas algún símbolo navideño, hubiera sido suficiente para no perder ese espíritu navideño que anhelamos.

Nuestro caso después de solicitar adornar una simple palmera, símbolo de nuestro Barrio, tampoco, pues apaga y vámonos como si fuera ese comentario urbano… El chocolate del loro y no me vengan después diciendo que la jaula esta llena de loros porque no es el caso.

Reinvindicamos únicamente y de forma austera poder seguir desde los barrios y diputaciones el espíritu navideño de la ciudad.