Lunes, Mayo 13, 2024
   
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EL CAMPO DE FÚTBOL DE ALUMBRES, EL SECANTE (I parte)

El nacimiento del campo de fútbol de Alumbres, El Secante, viene marcado por un acontecimiento de especial relevancia para el futuro deportivo de Alumbres, la fundación de la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva, que un año antes, el día 7 de abril de 1924 se registraba en el Gobierno Civil como asociación legalmente constituida en cumplimiento de las normas vigentes de la época.

En ese verano de 1924 la Sociedad Minerva fundaba el equipo de fútbol más antiguo de Alumbres, el Minerva F.C., y en el mes de agosto se le ve disputando el Campeonato Local de La Unión en el campo de La Unión Levante, en un encuentro contra el Hércules del Garbanzal, al que venció por 2 tantos a 0.

Según un reciente estudio realizado por mi buen amigo y excelente historiador Juan Antonio Garre Clemente, El Secante, con sus 87 años de existencia, es el tercer campo más antiguo de la Región de Murcia, detrás de El Rubial de Águilas y La Condomina de Murcia, y sin duda el más antiguo de la comarca. Hay que recordar que aunque sólo por unos meses, su construcción es más antigua que el desaparecido Almarjal.

Por eso y por otras que le debo, quiero expresarle mi más sincero agradecimiento por esta interesante aportación a la historia del fútbol alumbreño, y recordar que ésta no es la primera vez que me ofrece su desinteresada ayuda a mi trabajo de investigación deportiva.

Inauguración de un campo de fútbol en Alumbres.

La prensa de la época divulgó ampliamente el acontecimiento, El Eco de Cartagena, El Porvenir, y en especial el diario Cartagena Nueva, que lo estuvo anunciando desde una semana antes con pequeñas notas, cuyas noticias cubría un corresponsal en Alumbres.

El domingo 8 de febrero de 1925 fue un día de fiesta para los alumbreños. A las 2 de la tarde hizo entrada en el pueblo la banda de música de la Cruz Roja de La Unión que dirigía el profesor Mariano Barquero recorriendo las principales calles.

A las 3 de la tarde se celebró el acto de bendición del campo de fútbol por el sacerdote de la parroquia don Antonio Aracil Mensales que lo bautizó con el nombre de San Roque-Minerva, y actuaron de padrinos la señorita Araceli Martínez y el médico de Alumbres don Luciano Estrada. Después, el cura, los padrinos, y los componentes de la Junta Directiva procedieron a firmar el acta extendida por el Secretario de la Sociedad don Cristóbal García.

“Terminado el acto inaugural del campo, a las cuatro en punto dio comienzo el partido dirigido por el árbitro Alfonso Barcelona. La madrina entregó a los capitanes dos artísticos ramos de flores. El capitán del Comercial, en nombre de su club le hizo la ofrenda a la madrina que dio las gracias al galante capitán, y el del Minerva le hizo la ofrenda a la simpática señorita Antonia Gómez, acto seguido el árbitro hizo la señal de que empiece el juego haciendo el primer saque la señorita Araceli Martínez, madrina del campo”.

Por el Minerva F. C.: Ojados, Aranda, Carlos, Pérez, Conesa, Martínez, García I, Madrid, García II, Gómez y Rojo. Suplentes, Cao, Ros y Avilés.

Por el C. D. Comercial: Iñiguez, Bleguert, Joaquín, Martínez, Andreu, Egea, Joaquín, Armando, Manolo, Hispano y Eliécer. Suplentes, Ardid, Concas y Zabala.

Todos los actos fueron amenizados por una banda de música.

Al término del encuentro el resultado era favorable al Minerva F.C. por 2 goles a 1. El primer gol del Minerva lo marcó García I.

Luego, el padrino del campo, el médico D. Luciano Estrada, obsequió con un refresco a los equipos, comisiones, música, y pueblo. La Sociedad Minerva también invitó a los jugadores de su equipo a pastas y vino Málaga, y por la noche se celebró un baile.

Además de El Comercial, El Águila, El Rosario F.C., El Centella, El Arenas F.C., El Stadium, y otros, todos de Cartagena, en esos años, jugaron en El Secante otros equipos importantes de la zona como La Unión Athletic, Portmán, Escombreras, etc., y El Envidiables y el Invencible, ambos de Alumbres.

Desde los inicios hasta principios de los años ´70

Posteriormente y hasta los años 40 y 50, al Secante vinieron equipos como el Sporting Cartagenero, Diablos Rojos, Los Comanches F.W., Plus Ultra Lisvert,  Cruzados Rojos,  Cartago Nova Radical, Juvenia S.C., Los Tigres, C.D. Español, Celta Cartagenero, Cervantes F.C., Júpiter, Base Aérea de San Javier, Barrio Peral, Cartagena F.C., C.D. Danubio, C.D. Iberia, Neptuno, C.D. Algar, C.D. Carthago Nova, Roche, Escombreras, La Unión, etc.

Hay una duda difícil de resolver por la ausencia de documentación, y es que, no se sabe bien si el campo de fútbol, en un principio, fue propiedad de la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva, o estuvo siendo utilizado bajo arrendamiento, lo que sí se sabe con certeza es que después de la guerra, tras  resurgir el Minerva F.C. en 1944, la Sociedad de Fomento y Cultura Minerva estuvo abonando una cantidad a los legítimos propietarios del terreno en concepto de alquiler hasta muy recientemente, en que se hizo cargo de los gastos de mantenimiento y conservación la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Cartagena.

De hecho, desde hace algunos años, El Secante, ha estado utilizado casi en exclusividad por la Escuela de Fútbol de Alumbres, cuya directiva ha estado gestionándolo como si de una propiedad particular se tratara, aunque parece que esta temporada van a tener que compartir las instalaciones con el nuevo club alumbreño de reciente creación Sociedad Minerva y que está inscrito para participar en la competición de categoría Regional.

El terreno pedregoso de El Secante se quedó con muchos jirones de la piel de los jóvenes jugadores de todos los tiempos, pero todos quisieron volver a jugar en él, y ningún jugador de tantas generaciones anteriores que pasaron por allí, se ha considerado propietario de la más pequeña piedra que durante muchos años tuvo que barrer para acondicionar el terreno de juego. Pero los tiempos cambian las cosas y las costumbres también.

Al principio de su construcción, el campo de fútbol, estaba ubicado en el mismo lugar donde está hoy, aunque orientado de Este a Oeste y no de Norte a Sur como en la actualidad, y esto es consecuencia lógica del trazado de la línea de ferrocarril de materias peligrosas que cruza el pueblo hasta Escombreras, que igual que le sucedió a la población, también lo partió en dos, por lo que hubo que alargarlo paralelo a la vía en dirección Norte desde la orilla de la rambla de Los Cucones.

Hasta mediados los años ´60 los futbolistas no disponían de vestuarios en el campo de fútbol, por lo que habitualmente para los partidos de competición y de las Fiestas Patronales se utilizaba el salón de baile que entonces había en la calle Prefumo, más abajo del local social de la Sociedad Minerva que estuvo ubicado en el nº 2 de la misma calle.

En otros casos, la rambla de Los Cucones era el lugar donde se cambiaban los jugadores de uno y otro equipo, y por supuesto el vestuario natural de los chiquillos cuando se enfrentaban a equipos de los alrededores.

De los años 60 se recuerdan equipos de la comarca como el Antorcha, San Félix, Roche, Repesa, Cartagena, El Algar, La Minera, Hidrola, La Unión, etc., que como el Delicias y los históricos Dolorense y Colonias disputaron encuentros de fútbol en El Secante, tanto en infantiles como en juveniles y aficionados.

A principios de los años ´60, se construyeron unos sencillos y humildes vestuarios cubiertos con uralita en el lado Suroeste del campo de fútbol, que aunque en un principio tampoco disponían de agua ni corriente eléctrica, era toda una ventaja respecto a épocas anteriores. En la misma década, la carencia de agua corriente se subsanó colocando un depósito a la altura del techo que había que rellenar frecuentemente con cubos y garrafas, pero que al menos permitía a los jugadores y árbitros quitarse la tierra del cuerpo.

 

HISTORIAS DE ALUMBRES VI: La Cruz Roja (II parte)

 

Como ya vimos anteriormente, después del trágico accidente en Garrabino sucedido el 30 de marzo de 1926 (por cierto, en la lista de víctimas puse José Aranda Vidal y debe decir José Aranda Hernández), la Cruz Roja de Alumbres se fundó el 7 de noviembre de este mismo año, y la Casa de Socorro el 3 de julio de 1927.

Sin embargo, la vida seguía para todos, excepto para los que perecieron en la tremenda explosión, y de los que una vez pasados los primeros días solo hablaban ya sus más allegados,  ni siquiera nadie -la prensa de la época tampoco- se planteaba la situación de desamparo en que podían haber quedado los familiares de las víctimas, ya que por entonces no existían los seguros sociales.

Pero eso sí, las factorías de lo cutre fabricaban miseria humana sin cesar exhalando clasismo por todos sus poros, y se dedicaban a nominar candidatos para el ingreso en la Orden Civil de Beneficencia y la Cruz que reconocería al galardonado como tal, por el mérito de haber estado allí, aquel día, en el momento oportuno, o haber sido el responsable de un grupo de hombres de los que prestaron auxilio a las víctimas. Así, que siguiendo la línea argumental acostumbrada de la época, tras la inauguración de la Casa de Socorro en Alumbres, la prensa publicó por partes, en varios días, el discurso del Dr. Estrada, concretamente entre los días 8 y 13 de julio de 1927, el cual iba cargado de alabanzas a los políticos, jerarcas religiosos y personalidades locales y municipales del momento, y cómo no, al buen hacer de las instituciones de aquel indeseable período de la Historia de España.

Por lo que es natural que tanto las organizaciones llamadas benéficas que acudieron al lugar de la tragedia, como los jerarcas a título individual, comenzaran de inmediato su particular lucha por la conquista del reconocimiento social y político personal que tanto anhelaban por su supuesta generosidad, por eso, mientras unos periódicos resaltaban la heroica actitud de algunos protagonistas en su auxilio a los damnificados, otros diarios señalaban la protesta de los que se consideraban ignorados.

No obstante, al final todos consiguieron su deseado trofeo, pues el 23 de noviembre de 1927, el periódico Cartagena Nueva publicaba que “Habiéndose resuelto satisfactoriamente el expediente instruido para premiar como se merecían, los servicios prestados con motivo de la horrorosa catástrofe ocurrida el 30 de marzo de 1926, en la Fábrica de Explosivos de Alumbres, con fecha 12 del actual se publicó una R.O. del Ministerio de la Gobernación, concediendo el ingreso en la Orden Civil de Beneficencia, a los siguientes:

De primera clase:

· Asamblea de la Cruz Roja de La Unión (colectivamente)

· Una sección de la Cruz Roja del Llano del Beal (6 camilleros)

· Al juez de instrucción D. José Martínez de Federico (de La Unión)

· Al médico forense D. Manuel Rodríguez Fernández (de La Unión)

· Al médico de Alumbres D. Luciano Estrada Maureso

· Al párroco de Alumbres (en el momento del accidente era Ignacio Martínez

Gómez, puesto que Juan José Fernández Cano tomó posesión el10-10-1926)

De segunda clase:

· Al industrial de Alumbres D. Juan López

· Al funcionario de la Unión Eléctrica D. José Martínez Madrid

De tercera clase:

· Al guardia municipal de Alumbres D. Pascual Martínez

· Al obrero de Alumbres D. J. Lucas Gil Pérez”.

El domingo 18 de marzo de 1928, D. Luciano Estrada Maureso recibía la Cruz de Beneficencia de primera clase con distintivo negro y blanco que había sido adquirida por suscripción popular, y el diploma en el que se le nombraba Caballero de la Orden de Beneficencia, en un acto en el que no faltaron a la cita destacadas personalidades políticas, militares, religiosas y civiles de la época, y tampoco los discursos de rigor.

En La Unión y el Llano del Beal también realizaron su particular homenaje a los 27 miembros -entre jefes y camilleros- de la Cruz Roja de La Unión y los 6 camilleros del Llano, por su participación en el auxilio de la catástrofe de Garrabino.

La Guardia Civil no podía ser menos, y el domingo 13 de octubre de 1928 en un acto protocolario digno de la época y por los mismos méritos que los anteriormente mencionados, el capitán y el teniente ingresaron en la Orden Civil de Beneficencia de primera clase; el sargento en la de 2ª y los dos cabos en la de 3ª, y además recibieron la Cruz de Beneficencia correspondiente.

Como se puede ver, el galardón obtenido siempre dependía del escalafón social al que el premiado pertenecía.

Sobre los recursos de la Cruz Roja de Alumbres

Al principio de su existencia, la Cruz Roja de Alumbres comenzó pagando 15 pts. mensuales por el alquiler de la vivienda nº 8 de la Plaza del Dr. Estrada, y los recursos procedían de una subvención del Ayuntamiento de Cartagena, además de las cuotas de tres clases que se fijaron para los socios (socios protectores; socios de número y socios eventuales) con el transcurso del tiempo se establecería también una iguala para que los practicantes primero y A.T.S. después, atendieran las necesidades de los socios.

El Porvenir, en la edición del 23 de marzo de 1927 publicaba la sesión municipal en la que se dice “Quedar enterado de un oficio de la Cruz Roja de Alumbres agradeciendo la subvención concedida”.

He escuchado diferentes versiones sobre la titularidad de la casa de la Cruz Roja de Alumbres, pero respetando todas ellas, porque puede que tengan algún fundamento, pues  yo también tengo mis reservas, debo de decir que, según la documentación que tengo en mis archivos, la vivienda es propiedad de Cruz Roja Española desde el 31 de octubre de 1952, fecha en que fue comprada a su anterior propietaria Dª. Ángeles Valcárcel Albaladejo.

Posteriormente a esta fecha, los socios de Alumbres levantaron tabiques y dividieron la vivienda en habitaciones según la utilidad a la que se le iba a dedicar: sala de reuniones, despacho, aseos, etc.

Socios de la Cruz Roja de Alumbres que se recuerdan y/o se conocen

Luciano Estrada Maureso; Juan José Fernández Pérez; José Martínez Madrid; Andrés Martínez Cao; Antonio Ruiz Laguna; Francisco Maruenda; José Hernández Ojados; Francisco Pérez Vidal; Fernando Raja Hernández; Lorenzo Pérez; Pedro Caparrós Galindo; Ángel García; Antonio Maciá Sánchez; Amalio Martínez; Vicente Samper; Pascual Martínez; Ginés Morales; Juan Conesa; Fulgencio Hernández Valero; Antonio Hernández; Fulgencio Egea Hernández; Juan García; Francisco Carrillo García; Diego Vera Valero; Antonio Gómez Sánchez; J. Lucas Gil Pérez; Juan Aranda Vidal; Aurelio Martínez Medina; José Ros; Cristóbal Pérez; Juan Hernández; Francisco Hernández; Francisco Pérez Soto; Bartolomé Ros; Antonio Zapata Gómez; Teodoro Egea; María Pérez Conesa; Pedro Pérez Gómez; José Hernández Benítez; Francisco Hernández Benítez.

Además, hay que tener en cuenta que numerosos vecinos de Alumbres se hicieron socios para poder ser atendidos por los servicios sanitarios de la Cruz Roja mediante el abono mensual de una iguala. Entre los ATS cabe recordar a Salvador (de la Palma), Francisco Serrato y Ginés Mercader Martínez.

 

 

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