Rodillo de colores
Tras el 24M vino el 25M, el 26M… y así podemos llegar hasta el 13J. Las elecciones no acabaron en las urnas y ahora estamos en plena vorágine de pactos y no pactos. Sin embargo, por lo que sabemos (y hemos publicado) en lo que va de semana, a fecha de hoy la posibilidad de un acuerdo está más que verde. Otra cosa será cómo evolucione este ‘culebrón’ y su desenlace.
Cuando nos metemos en el terreno de los políticos todo es posible dentro de una casa que, en ocasiones, parece la de los líos. Hay que tener en cuenta que sobre las mesas habrán mil aspectos. Las ambiciones de unas formaciones o de unos políticos, los intereses, los temores… Unos buscan el control, otros el beneficio, otros el protagonismo… Todo está en esa baraja.
Sin embargo, y en este comentario me traslado a mi etapa en la prensa deportiva, a veces los periodista parece que queremos ir por delante de los caballos. Ahora no es cuestión de anunciar fichajes que no están cerrados, en este caso hablamos de pactos que, de momento, no existen.
¿Son imprescindibles los pactos?, ¿los quiere el ciudadano?. Si vamos a la base, a lo más simple, el resultado de las elecciones es la pluralidad (con mayoría de votos para el PP), por lo que la entrada de un gobierno con mayoría absoluta integrado por más de un partido es cambiar un rodillo azul por otro de más de un color. Más de lo mismo pudiera parecer. ¿Tan malo es que cada moción o decisión se vote y que se haga lo que respalden los votos y no las coaliciones?
Si estamos en una nueva etapa política habrá que aprender a gobernar sin mayorías absolutas y aparcando los egos por el bien ciudadano. ¿Es posible? Ahora es el momento en que se demuestre. Por otro lado, no me parece bien dimitir tras unas elecciones cuando una parte de los votantes han elegido a esa persona y ese partido en la papeleta que introdujeron en la urna. Hay que estar para las buenas y para las malas.
Tampoco considero bueno que dos o tres formaciones se unan si de verdad no son afines o sus integrantes tienen carácteres opuestos. Sobre el papel, antes de la cita de las urnas toda la oposición coincidía en transmitir a la ciudadanía que el gran objetivo era poner fin al ‘reinado de Barreiro’. ¿El discurso cambia ahora?. El pan de hoy puede ser el hambre de mañana y muchos casos hay de esto en el mundo político.
Son cuatro años de legislatura en los que pueden pasar muchas cosas.
Hiperactividad cofrade
Aunque ya se había saboreado algún 'aperitivo', ha sido llegar el Miércoles de Ceniza y dispararse la actividad de los cofrades cartageneros con un jueves y un viernes hiperactivos, que sólo es el preludio de todo lo que se vivirá hasta la llegada de las procesiones.
Las cuatro cofradías ya se multiplican en todos los frentes. El jueves tuvo al Socorro con los cofrades cartageneros de Madrid, a los marrajos con su pregón de la Juventud y a los californios con la muestra del aniversario del Ósculo, que ha encadenado este viernes con la que ofrecen, también por su cumpleaños, los romanos. La lista hay que ampliarla con el cada vez más multitudinario besapié al Medinaceli, la llamada literaria y el concierto de púa de marchas de Semana Santa. Y si queremos seguir contando, pues miren la cantidad de ensayos, juntas generales y demás actividades de decenas de actividades. Y estamos hablando de mucho en escasos días.
Esta noche, en la que terrazas y bares del centro de Cartagena siguen con su ya habitual gran actividad, ha llamado la atención como todos los actos cofrades contaban con un masivo respaldo popular, tanto los centrados en la historia (romanos), la devoción (Medinaceli), la literatura (la 'otra' llamada) y la música (concierto en la Caridad). Llenos en todos los aforos y estamos hablando de que algunos se montaban entre sí.
A algunos les podría sorprender, pero si lo vemos desde el prisma del cóctel surgido de los ingredientes Semana Santa y Cartagena no lo es tanto. Cartagena es Semana Santa.
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