Una familia de Cartagena ha presentado una querella contra una doctora del Hospital Naval y contra el Servicio Murciano de Salud, Hospital General de Defensa y Hospital del Rosell como responsables civiles, por las secuelas que padece su hijo y que achacan a la actuación médica en el parto. Consideran que la doctora cometió un delito de lesiones al feto tipicado en los artículos 157 y 158 del Código Penal. La querella fue presentada en el juzgado de Instrucción número uno de Cartagena en febrero de 2008 y está pendiente de que se fije el juicio.

La chica explica que, tras quedarse embarazada, acudió al centro de salud de Barrio, donde fue tratada por una doctora de medicina general y una matrona dentro del programa habitual de seguimiento para mujeres en estado de gestación. A los cuatro meses, una primera revisión detecta que el niño viene de nalgas y la segunda sigue confirmando esa situación, por lo que cuando lleva ocho meses le apuntan que precisará someterse a una cesárea. Llega el día del parto, según explica la afectada, y en el Hospital de Marina (como se conoce al Hospital General de la Defensa) le colocan los monitores, que confirma que no ha variado la posición del niño y la madre informa lo que le comunicaron en el centro de salud. Cuando comienza el parto vuelve a insistir con lo mismo a la matrona, pero los médicos hacen caso omiso, no le aplican la epidural y aseguran que se trata de un 'parto normal'. Con mucha dificultad comienza a salir el bebé, quedándose encajada dentro de la madre la cabecita y el hombro. Después de momentos de gran tensión, que provocaron que a la sala acudiese más personal, finalmente sale, pero muestra muy mal estado general, con excesiva palidez de la piel y las mucosas. El pediatra de guardia, ante ese panorama, decide ingresarlo en la sección de la UCI pediátrica para recién nacidos.

Fuera, el padre asegura que no fue informado en ningún momento, por lo que exigió saber cómo estaba su hijo. Varias horas después le comunican que el niño está "muy grave" y que tenía sólo un 5% de posibilidad de supervivencia, "y que si se recuperaba las secuelas serían muy importantes". Al día siguiente la doctora comunicó que el bebé pasó la noche muy mal, que esperaba que tuviese suerte y que sentía lo sucedido.

Esto sucedió el 23 de noviembre de 2007 y el bebé estuvo 14 días ingresado en el centro hospitalario, siendo remitido al centro de atención temprana ASTUS. Actualmente, el niño sufre importantes secuelas que los padres achacan a "una imprudencia médica" al no practicarse la cesárea provocando "graves lesiones". El último diagnóstico reflejó que padecía encefalopatía hipósico-isquimica, retraso psicomotor secuencia A1 y tortícolis cervical congénita.

Ahora, con el asesoramiento legal de la letrada María del Mar Florenciano y de la procuradora Magdalena Faz, acuden a la vía judicial para denunciar los daños que ha sufrido el bebé "y otros que aún no se pueden determinar por su corta edad". Piden que no quede impune la actuación de la doctora que asistió en el parto, por lo que denunciaron el asunto en el Servicio de Atención al Paciente del hospital y a continuación en el juzgado.