Cartagena de Ley fue testigo de como se ejecutó una orden de desahucio en una vivienda de Cartagena. Incluye GALERÍA DE FOTOS

Desahucio es el término que se emplea cuando, por un incumplimiento de contrato (principalmente, deudas de rentas o alquileres) se le priva a una persona del uso de una posesión (vivienda, por lo general). La situación actual que atraviesa España, con cada vez menos puestos de trabajo, genera situaciones como las que Cartagena de Ley ha tenido ocasión de ser testigo en una vivienda del extrarradio de la ciudad, en concreto, en este caso, en el Barrio Peral.

Los funcionarios del juzgado ya habían comunicado (hasta en ocho ocasiones, al parecer), que tal día se presentarían en el inmueble para llevar a cabo la ejecución de la orden de desahucio, una vez ya superada las etapas de denuncia por parte del propietario y de emisión de sentencia por parte del juez.

Funcionarios, policías locales y un cerrajero se presentan en la vivienda. El cabeza de familia se resiste a ejecutar la orden (en algunos casos llegan a amenazar con quemarse o quitarse la vida), pero al final accede, eso sí, con la generosidad de los funcionarios, que no tiene obligación de dejarle sacar sus enseres, pues fue avisado con días de antelación.

La escena es dolorosa para todo espectador, incluidos los propios ejecutores, que simplemente son 'unos mandados'. En silencio (ya no hay protestas, sólo una dolorosa resignación), la familia va acumulando sus pertenencias delante de la puerta de entrada hasta que finalmente llega una furgoneta, que cargará con esos enseres. ¿Dónde se alojarán? Familia o amigos son los principales recursos, aunque, en ocasiones, suponga vivir hacinados, pero, al menos, bajo techo.

El cerrajero sella los accesos de la vivienda desalojada y otro desahucio ha quedado consumado. Es una escena que, desgraciadamente, cada vez se repite más... y muy cerca de nuestros hogares.