El acusado de utilizar recetas falsas para 'ponerse cachas', para quien el fiscal solicita dos años de cárcel, aseguró ante el juez de Lo Penal 1 que desconocía esa falsedad, mientras que su abogada, María Dolores García León, también refuerza la petición de absolución por tratarse de recetas de una clínica privada y no de un centro público, que exige contar con el perjuicio de un tercero.

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Le piden dos años de cárcel por falsificar recetas para 'ponerse cachas'

A. G. G. estuvo utilizando recetas falsas para adquirir anarbolizantes para reforzar su musculatura. Ese hecho no tiene discusión, pues fue grabado por las cámaras de la farmacia donde las adquiría. El asunto, tras detectarse que los documentos iban firmados por una doctora que negaba su autoría, inició un proceso penal en el que esta persona fue acusado de un delito de falsedad continuada de documentos, solicitando la Fiscalía dos años de prisión.

En el juicio, celebrado ante el magistrado Faustino Gudín Rodríguez, este hombre explicó que, por su profesión de portero de discoteca, conoció a un chico que le dijo que su novia trabajaba en un centro médico y podía recetarle esos anarbolizantes, "pero desconocía que fuesen falsas". Reafirmó este comentario al apuntar que, incluso, dejó su número de teléfono en la farmacia para que le avisasen cuando recibieran los medicamentos, lo que no hubiera hecho de ser consciente de estar cometiendo un delito.

Su abogada, María Dolores García León, aportó sentencias en las que se diferencia que las recetas supuestamente falsificadas fueron documentos expedidos por un centro público o privado. "En el segundo caso, que es el que se corresponde con esta causa, se precisa que exista un tercero perjudicado, lo que no sucede", expuso.