Un inmenso sotano de Los Alcázares, que fue utilizado como refugio en la Guerra Civil, alberga en su interior decenas de sacos productores de hongos o setas. El descubrimiento fue llevado a cabo por la Policía Local y ahora se investiga si esa plantación pudiera tratarse o no de productos alucinógenos.

El domingo se declaró un incendio en una vivienda abandonada y de propiedad municipal de la calle Fuster de Los Alcázares, que fue sofocado por los efectivos de bomberos. Al día siguiente, el Centro Integral de Seguridad recibía una llamada de que un grupo de personas estaba llevándose ruedas de ese inmueble. Los agentes se personaron en el lugar y, cuando estaban llevando a cabo una inspección, descubrieron una pequeña puerta en el patio. Uno de los agentes se adentró, bajó los escalones y descubrió una enorme plantación de hongos en un sótano que antaño sirvió como refugio en la Guerra Civil para los moradores de entonces, cuando esas viviendas eran ocupadas por militares.

'Cartagena de Ley' ha tenido la ocasión de comprobar ese descubrimiento. La verdad es que impresiona. Un sótano de más de docientros metros cuadrados de superficie con dependencias separadas para llevar a cabo los distintos procesos de producción. Hay relojes para medir la temperatura y la humedad, junto a ventiladores, depósitos, material de embalaje, balanza de peso, albaranes, bidones, puertas con ventanas de plástico etc. Todo de buena calidad. Además, hay signos evidentes de haber efectuado obras para adaptar el espacio a esa finalidad.

Los sacos recorren todas las estancias. En todos hay paja. En unos recién embalada y en otros en un estado tan avanzado de descomposición que ya permite observar el 'nacimiento' de los hongos. En cada saco figura el nombre del producto y una fecha.

La Policía Local informó del descubrimiento a la Guardia Civil, que identificó a supuesto 'productor', cuya situación estará definido por el resultado de los análisis que se están efectuando sobre estos hongos o setas para saber si pudieran servir como alucinógenos en su destino final. Nadie se 'moja' sobre ese asunto, lo que único que repiten unos y otros es: "Todo esto es muy raro y sospechoso". Lo que es evidente es que esa gran producción subterránea no ha pasado los controles de Sanidad en ningún sentido.