Los juicios orales son públicos. Así lo establece la jurisdicción penal española, bajo pena de nulidad, pero si apenas se pueden escuchar el sentido de esa condición pierde su valor. Algo así sucede en la sala de la Audiencia Pública, en Cartagena, donde ese problema se ha agravado esta mañana con motivo del juicio al 'violador de Los Alcázares'.

El primer contratiempo lo han tenido los compañeros de la televisión autónoma L7RM. Iban a estrenar el cajetín que instaló la Gerencia Territorial del ministerio de Justicia para grabar el sonido los medios televisivos y radiofónicos, pero 'su gozo en un pozo'. No ha funcionado. Menos mal que el juicio ha comenzado con más de una hora de retraso y ha dado tiempo a buscar alternativas, como instalar un cable alargador desde donde está el equipo de grabación, junto al tribunal.

Para los medios escritos y los espectadores, ubicados en la zona destinada al público, el problema que se sufre desde hace años en la sala de vistas más grande del Palacio de Justicia sigue latente. Apenas se escucha lo que dicen los protagonistas. "No me he enterado de nada", fue la frase que ayer pronunció un ciudadano que acudía por vez primera a la sala tras decir el presidente del tribunal el tradicional "visto para sentencia".

El retraso del inicio también provocó que volviese a aparecer otro problema del Palacio de Justicia: la ausencia de máquinas con bebidas. Alguno de los numerosos testigos citados preguntaron, pero la respuesta fue que tenían que salir al exterior y buscar un bar. Ante el temor de que empezase el juicio y no estuviesen allí, optaron por no salir.

Sí hay que elogiar la iniciativa de los agentes de sala de sacar algunos bancos de la sala de vistas a la sala de esperar para que pudieran sentarse, durante la larga espera, todos los testigos y víctimas que esperaban el inicio del juicio.