Los comerciantes de Los Dolores (Cartagena) están preocupados y en alerta ante un nuevo rebrote de los hurtos y robos en sus establecimientos. Anteayer, el establecimiento Perfumerías Aquabel sufrió el cuarto 'asalto' en un mes y sólo es un ejemplo de lo que ha sido un 'junio negro' en este terreno, lo que ha reavivado la sensación de inseguridad. La anécdota es que en uno de los comercios los ladrones se comieron un asado de pollo antes de irse.

Aquabel ha sufrido cuatro hurtos y robos en un mes en su establecimiento de la calle Alfonso XIII. Dos de ellos fueron de poco valor económico, pero en los otros dos las pérdidas económicas se cifran en 900 y 800 euros en cada una, habiendo presentado las correspondientes denuncias en Comisaría. "Entran como clientes al local y esconden colonias y otros productos caros", explican, además de indicar que tras el suceso en 'La Ballena Azul', donde varios empleados sufrieron golpes, "no nos atrevemos a enfrentarnos a ellos". Ese incidente en 'La Ballena Azul', que se relata en el artículo anterior, tuvo el mismo 'modus operantis': entrar, esconder y llevar.

Robo con cena
En el último mes, también en la misma calle, que es la principal del barrio, hay otros establecimientos afectados. En estos casos han entrado a los locales por los patios interiores. En uno de los casos, el de Electrónica Vérgara, no lograron reventar la puerta de hierro que comunica con el interior. En Asador de Pollos 'Lomarín' sí consiguió entrar el ladrón, llevándose las bebidas que encontró, aunque antes dio buena cuenta de un asado de pollo que encontró. Los empleados encontraron al día siguientes los huesos, entre otros restos de la buena cena que se dió. En este caso el ladrón fue captado por la cámara de seguridad, pero, pese a que encendió una luz, no se ve bien su rostro. Esta cinta está en poder de la Policía Nacional. Entre las bebidas y la puerta reventada, las pérdidas se calculan que ronda los 800 euros.

Como es lógico, todos los comerciantes de la zona reclaman mayor presencia policial. Las rachas de inseguridad en el barrio tuvieron capítulos anteriores en diciembre y marzo, pero parecía que se había calmado el peligro... hasta este nuevo rebrote.

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