Martes, Julio 09, 2024
   
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“Es mentira, increíble y surrealista”

Así responden los directores de dos oficinas de Cajamar a las acusaciones vertidas por Manuel Fernández ‘Diente de oro’ respecto a que le vendieron diversos boletos, cupones y quinielas premiadas para blanquear dinero.

  • Uno de ellos reconoce que vendió un décimo de la lotería de Navidad, “pero fue a un chatarrero”, mientras que el otro rechaza cualquier implicación
  • La esposa e hijas del principal acusado en este macrojuicio sólo respondieron a las preguntas de la fiscal y se negaron a contestar a los abogados de los empleados de la caja de ahorros
  • El problema de sonido de la sala de vistas de la Audiencia sigue latente y uno de los imputados dijo en su declaración que no había podido “escuchar bien” a quien lo acusaba

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La segunda sesión del macrojuicio que acoge la sesión quinta de la Audiencia Provincial, en Cartagena, tuvo como protagonistas a la familia más directa del principal acusado, Manuel Fernández, y a los empleados de Cajamar acusados por la Fiscalía en el asunto del blanqueo de dinero, en un procedimiento que tiene su otra vertiente en un asunto de narcotráfico.

La esposa e hijas de ‘Diente de oro’ fueron las primeras en testificar. A preguntas de la fiscal María Isabel Campos, confirmaron la autoría de sus firmas en la mayoría de documentos presentados en relación con el depósito y retirada del dinero entregado en Cajamar por premios en diversos juegos. Afirmaron que lo que dijo el día anterior Manuel Fernández es cierto y acatan el testo de la calificación del ministerio público, reconociendo que “aparentaron ser afortunadas y que utilizaron un dinero de procedencia ilegal”, al responder afirmativa a la pregunta de la fiscal. La esposa sí apuntó, a preguntas de la Fiscalía, que está cobrando una paga de 366 euros y que mantiene a tres nietos.

Después, en el turno de preguntas de los abogados, las tres mujeres se acogieron a su derecho a no declarar cuando fueron preguntadas por los abogados que defienden a los dos directores de Cajamar, Alberto Pignatelli y Llanos Sola. Como estos últimos expresaron, parece evidente que existe un pacto para una sentencia de conformidad entre la Fiscalía y la familia del principal imputado.

Antes de proseguir, el abogado de la familia, José María Caballero, solicitó permiso para que estas mujeres pudiesen abandonar la sala para atender sus obligaciones familiares, renunciando al derecho de ‘última palabra’. El presidente del tribunal, Matías Soria, no aceptó la petición, apuntando que hay más familia que las pueden ayudar en ese menester y que es obligatorio permanecer en el desarrollo del juicio al estar acusadas.

La otra parte de la larga mañana tuvo como protagonistas a los dos directores de las oficinas de Cajamar a los que Manuel Fernández señaló el día anterior como artífices de todos los décimos, boletos y quinielas que había obtenido para blanquear más de un millón de euros procedentes de la explotación de un garito en Lo Campano.

El primero en testificar fue quien entre 1998 y 2004 dirigió la oficina de Vista Alegre. Aseveró que no era cierto lo que dijo el acusado y a la vez testigo de cartago. “Es mentira y, algunas cosas que dijo, surrealistas”. Afirmó que la esposa e hija fueron las que acudideron a la oficina diciendo que les había tocado la lotería, que les dio un anticipo de 18.300 euros “en las condiciones que establece la central de Almería”, que se pidieron las mismas garantías que a cualquier otro cliente, que en absoluto viajó a Barcelona para conseguir una quiniela premiada (“me dijeron al llevarla a la oficina que esa quiniela pertenecía a una peña”), rechazó que asesorase financieramente a esta familia y que hubiese obtenido beneficios de estos blanqueos de dinero (“es una mentira total, absurda e increíble”). También aseguró que la mayoría de contactos los tenía con la esposa de Manuel Fernández, con quien no tiene amistad alguna, y que el otro director de Cajamar acusado no fue nunca por su oficina.

La fiscal le preguntó si no le extrañó que esta familia tuviese tantos premios, pero su respuesta no se pudo escuchar debido a los problemas de sonido en la sala. Incluso, este mismo acusado, cuando le preguntaron sobre las acusaciones que había vertido sobre él Manuel Fernández dijo: “Como estaba en la última fila de la zona de los acusados no lo pudo oír bien”.



Después se sentó ante el tribunal el director de San José Obrero, a quien se observa en la imagen que hay sobre estas líneas. Reconoció que el primer décimo de la lotería de Navidad que utilizó Manuel Fernández para blanquear dinero fue el que le tocó a él en diciembre de 2002 (200.000 euros) y a dos compañeros de oficina, pero dijo que se lo vendió a un chatarrero, de quien facilitó el nombre. “Unas personas fueron a verme a un bar donde esta desayunando y me preguntaron si conocía a alguien que le hubiese tocado la lotería, y le dije que nosotros. Me ofrecieron comprar el décimo y luego le dijo a los compañeros que se le podían sacar de tres a cuatro mil euros más, y me dijeron que lo vendemos pero cobrando un plus cada uno de 6.000 euros”. También reconoció que en un primer momento negó haber vendido el décimo, que era la primera vez que lo hacía, que no era cierto lo que dijo Fernández, que nunca pensó en que el dinero de la venta “tuviese un origen delictivo” y que tuvo miedo por el tema fiscal. Su abogado apuntó que de no ser por el documento de depósito en la oficina de Cajamar del décimo, “no habría existido prueba alguna” y que la esposa de Manuel Fernández “no mentó en los diez folios de la declaración que hizo años atrás a esta persona”.

Un empleado de esta sucursal dijo después que el director de la oficina fue quien propuso la venta del décimo (“dijo que no nos preocupáramos, que se encargaba él”), que no les dijo nada de un chatarrero y que él se negó particularmente. “No tenía problemas económicas, tenía trabajo y me había tocado la lotería, en momento alguno se me pasó por la cabeza y pensaba que no se iba a hacer”.

Hoy miércoles no habrá sesión, tras acordarse que puede ser suprimida. Se reanudará el próximo martes, estando previstas cuatro sesiones para dicha semana. 


 

 

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