Gregorio Javier G.M., uno de los seis policías nacionales investigados por la detención y muerte de Diego Pérez, vecino de la barriada Virgen de la Caridad, ha fallecido en la noche del martes a la edad de 40 años en el hospital Gregorio Marañón, a donde fue trasladado desde el centro penitenciario de alta seguridad de Estremera (Madrid) por unas molestias que sufría desde el domingo. En principio se apunta a una pancreatitis aguda como la causa, pero será la autopsia la que desvele hoy la causa real.

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Gregorio era uno de los ocupantes del coche patrulla Z-54 de la Policía Nacional que transportaron a Diego Pérez hasta Cala Cortina en febrero del pasado año. El 6 de octubre de ese año fue arrestado junto a otros cinco compañeros, encontrándose todos desde el 8 de octubre, es decir, hace casi un año, en situación de prisión provisional. La instrucción de esta causa está cerrada y se calculaba que para primeros de años podría celebrarse el juicio con jurado.

El fallecimiento de Gregorio Javier ha desatado una ola de comentarios en redes sociales (se pone, principalmente, en tela de juicio la atención recibida en prisión, además de la indignación de los que consideran que ha fallecido en la cárcel un inocente) y que familiares y amigos encendiesen esta noche velas junto al recientemente estrenado monumento de los ‘Ángeles Custodios’, patrón de la Policía Nacional, en la calle del Carmen. Para esta tarde, a las 19.30 horas, como todos los miércoles de octubre, habrá una concentración de familiares y simpatizantes de los agentes detenidos en la puerta del Palacio de Justicia de Cartagena.

El cuerpo de Gregorio Javier fue trasladado anoche al instituto anatómico forense.