La Audiencia acogió la vista oral de la causa abierta por un matrimonio contra el letrado que contrataron para un tema de herencia y al que le reclaman un dinero que afirman que le entregaron y no aplicó en el impuesto de sucesiones. El jurídico, que llevó su propia defensa, se declara inocente y afirma que no se quedó con dinero alguno.

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No es un caso único, pero si es extraño ver a un letrado ejerciendo como acusado y como abogado defensor, que fue lo que ayer sucedió en la sala de vistas de la sección quinta de la Audiencia, en Cartagena, en un juicio que se tuvo que suspender en junio al faltar un documento y que ahora ya se ha celebrado.

La fiscal hizo especial hincapié en un documento de recibo de cantidades por importe de 9.000 euros que firmó el letrado, considerando el ministerio público que no le dio el destino para el que fue entregado, es decir, el pago del impuesto de sucesiones en un asunto de herencia, lo que originó una sanción para el matrimonio que lo había contratado. El abogado afirmó que de esa cifra 3.000 euros correspondían a un dinero por sus honorarios que había recibido y que el resto se puso en el recibo para que la pareja pudieran pedir dinero a los padres de ella, reiterando en diversos momentos su inocencia en este asunto y dando su versión de las irregularidades que le planteaban. La Fiscalía entiende que además del delito de apropiación cometió el de deslealtad profesional, especialmente por “omisión en la gestión que se le encomendó”.

Después le tocó el turno de preguntar al abogado de la acusación particular, Antonio José Rodríguez Rodríguez, pero el acusado ejerció su derecho de no responder. El primer letrado sí dio a conocer las preguntas que tenía preparadas: ¿Cómo firmó un recibo si no cobró?, ¿cómo es que sancionaron a mi cliente si había pagado el impuesto?, ¿por qué no me concedió la venia y hubo que recurrir al Colegio de Abogados?, etc. También indicó que existe un DVD que recoge una grabación que el demandante efectuó de una conversación telefónica con el ahora imputado.

El matrimonio demandante expuso que recurrieron a los servicios de este letrado porque era conocido por la mujer, a la que había dado clases de Derecho, y que la labor se centraba en mediar en una herencia con los hermanos del hombre tras el fallecimiento del padre en agosto de 2008. El esposo afirmó que le fue entregando cantidades en efectivo (“más de once mil euros”), reconociendo que no le pedía recibos. Luego expuso que llegó un momento en que “estábamos moscas con sus actuaciones”. Cambiaron de abogado y cuando ya estaban con el nuevo letrado “recibimos la carta de que estaba sin pagar el impuesto”, lo que generó una sanción de 1.701 euros que ahora también reclaman. La otra parte remarcó que en los dos años que trabajó para la familia no llegó carta alguna de sanción.

El abogado-acusado le preguntó por qué si entregó más dinero no se incluyó en ese recibo. “Porque me dijo que más adelante arreglaríamos cuentas”. También desveló que el matrimonio había perdido otra demanda presentada contra un contador-partido en este asunto de la herencia y que querían una partición de un terreno distinta a lo acordado por el resto de hermanos y la viuda.

La esposa, en su intervención, expresó un “madre mía” por haberlo elegido en su momento y afirmó: “Considero que está capacitado para hacer lo que se le encomendó, lo que no sé es por qué no lo hizo”. También dijo que en una ocasión la emplazó en su despacho para devolver varios documentos “y luego no me abrió la puerta”. El matrimonio aseguró que nunca han pedido dinero a los padres de ella, “los dos somos profesores de FP y en casa entra cada mes casi cinco mil euros”. 

El juicio quedó visto para sentencia del tribunal integrado por Matías Soria, José Francisco López y Juan Ángel Pérez.