El propietario de 45 locutorios de envío de dinero de Torre-Pacheco acusado de apropiarse indebidamente de esa cantidad alega que una empleada fue la causante, lo que rechazan las acusaciones. Durante el juicio se pudo conocer que había días en los que los trabajadores inmigrantes enviaban más de ochenta mil euros a sus países.

El acusado, frente al tribunal de la sección quinta

Noticia relacionada:

Le piden cuatro años por apropiarse indebidamente de más de setecientos mil euros

El fiscal David Campayo y el abogado de la acusación particular, Vicente Morillo Ginés, fueron tajantes en sus conclusiones al afirmar que Mariano J.G.R. debe desde el año 2006 la cantidad de 728.705 euros a la empresa Cambios Sol S.A., la cual fue absorbida por Banesto y que ahora pertenece al Banco de Santander. La defensa, que ejerció el letrado, Jesús Vicente Galián, pide la absolución y defiende la explicación de su cliente de que ese dinero no llegó a su destino porque una trabajadora se lo envió a familiares, amigos y otros empleados, defraudando a su propio empresa.

Mariano explicó, en el juicio celebrado ante la Audiencia, en Cartagena, que que ignoraba "totalmente" que su empleada estaba desviando el dinero , "empezó a hacerlo en pequeñas cantidades al principio y luego fue aumentando", explicando que era la persona encargada desde 2002 de cuadrar ante Madrid las cantidades que se recibían en la central de Torre-Pacheco de los 45 locutorios de la empresa. Durante ese tramo del interrogatorio se pudo conocer que en aquella época algunos días registraban envíos de dinero de trabajadores extranjeros a sus países de más de ochenta mil euros.

Mariano afirmó que descubrieron que todos los envíos irregulares se llevaban a cabo cuando estaba esta trabajadora, "que dejó de ir a la empresa el mismo día que se descubrió el pastel" y que después le presentó, junto a una compañera, un texto manuscrito en el que reconocía ser la autora.

Sin embargo, la compañera, en su comparecencia, negó haber escrito manuscrito alguno y el abogado de Banesto, por su parte, dijo que en febrero de 2006 asistió a una reunión en la que Mariano reconoció mantener una deuda de 482.000 euros con Cambios Sol (entonces ya propiedad de la entidad bancaria). 

La acusación cifra el dinero de la apropiación indebida en diferentes cifras entre el 30 de enero y el 7 de marzo de 2006, mientras que la defensa sostiene que tratan de incluir en ese paquete una deuda anterior.

El letrado Vicente Morillo hizo hincapié en que la querella contra la trabajadora acusada de desviar ese dinero se presentó año y medio más tarde ("para tapar esta estafa") de marzo de 2006. Dicha querella fue archivada en un juzgado, decisión que ha recurrido el representante de Mariano. La mujer en cuestión no acudió a testificar, pero no fue considerada testigo imprescindible, pues se trata de una reclamación del banco a Mariano y que éste, en su caso, deberá reclamar a la mujer que dice ser causante.

Para el fiscal, quien pide una condena de 4 años de cárcel, este asunto "tiene pruebas concluyentes y versiones increíbles, imputando a otros el hecho delictivo y haciendo alusión a un manuscrito que parece ser mentira", dijo.  La acusación particular, por su parte, resaltó que el acusado "reconoció una deuda el 24 de febrero de 2006 de 470.000 euros y por eso Moneygram le bloqueó el sistema informático. Además, cuando achaca a la empleada lo sucedido, está reconociendo la cifra de la deuda". Este letrado incluye al delito de apropiación indebida el de estafa.

La defensa estima que no existe "documentación feaciente que confirmen al reclamación, cuando cualquier débito debe estar acreditado. Ya de inicio no está justificada esa reclamación", dijo Jesús Vicente Galián, añadiendo que en este asunto no existe "dolo ni mala fe ni ánimo defraudatorio". Apuntó que este asunto debía haber ido por la vía civil y no buscar "un castigo penal". Solicitó la absolución del cliente y de forma secundaria, la prescripción de la causa, en primer lugar, y la aplicación de la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, en segundo.

El asunto quedó visto para sentencia.