La única testigo señala al acusado de causar cortes en la cara de otra persona en un local de playa de La Manga, pero el imputado sostiene que fue una pelea y que la víctima se dañó de forma accidental.

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La fiscal pide nueve años de cárcel, más el pago de más de veintitrés mil euros, por los delitos de robo con violencia y lesiones hacia un hombre acusado de robarle 15 euros y dañar el rostro de otro con un vaso en un incidente que tuvo lugar en agosto de 2009 en la plaza del ZM de La Manga. Por su parte, la defensa, que lleva la abogada Antonia Murcia, pide que sea absuelto. 

El acusado, en el juicio celebrado ayer en la sección quinta de la Audiencia Provincial, en Cartagena, negó causar esas lesiones. Explicó que estaba chateando con un ordenador portátil en la barra de la terraza del ZM y que dos personas se estaban riendo de él, para después decirle a uno "me lo dices fuera", saliendo a la zona de la playa, "donde tuvimos unas palabras, me intentó hacer una llave y nos liamos. Él se cayó y quizás se dañara con los cristales de un vaso del suelo, pero yo ni me enteré en ese momento", dijo. También negó que le arrebatase 15 euros y que le mostrase una navaja, "nunca he llevado una encima". Lo curioso fue cuando dijo que estaba en horario laboral como vigilante, pero que como "me pagaban mal y para el tiempo que iba a estar" se iba a este local durante su jornada de madrugada. Aseguró que él también sufrió algunas lesiones, pero la fiscal le apuntó que en su día no lo expuso cuando declaró ante la Guardia Civil y el juez. 

Algo similar sucedió con la víctima sobre algunas preguntas, como si le quitó el teléfono móvil, "es que ha pasado tiempo, pero me ratifico en todo lo que dije entonces". Sí afirmó que no se mofó en momento alguno de la otra persona y que le golpeó en la cara con el vaso que llevaba en la mano. "Entonces me toqué, ví la sangre, me quité la camisa y salí buscando ayuda, mientras que él se fue corriendo", indicó.

La persona que esa noche acompañaba a la víctima también tuvo contradicciones sobre algún detalle, como la hora de llegada de ambos al ZM, pero sí fue rotundo al decir que no se rieron del vigilante ("es falso que le dijéramos que parecía un enterrador", que antes del incidente el supuesto agresor "me enseñó la navaja que llevaba" y que tras ver a su amigo sangrando le dijo: "Eres tonto por haber salido, ya te dije que llevaba una navaja".

La camarera que esa noche trabajaba confirmó la presencia de los tres en el local durante la madrugada. Sobre las seis de la madrugada, "comencé a recoger y salí a la zona de playa, donde quitamos objetos que puedan suponer peligros, pues son muchos los problemas con los vecinos. Entonces vi a los dos discutiendo, pero fue un visto y no visto. En un momento le dio con el vaso y le hizo un boquete en la cara", explicó. También dijo que al día siguiente volvió a ir el acusado al local (la denuncia se presentó días más tarde) y que le preguntó: "¿Cómo estabas para hacer eso?", y que el otro le respondió que había sido provocado. También testificó, por vídeo conferencia, el médico forense, asegurando que las heridas eran más propias de recibir un golpe que de caer encima de cristales. "De ser así, las lesiones serían más profundas, pues la fuerza corporal supera a la de un brazo", afirmó.

El asunto quedó visto para sentencia.