El agente José Antonio C.G., a través de su letrado Mariano Bo (en la foto), ha solicitado una prueba de voz y un certificado para demostrar que el 19 de marzo estaba de vacaciones y no pudo ser quien dijo diversas frases, como que tenía una pistola de la Guerra Civil española para "trabajos sucios", recogidas en las investigaciones sobre la muerte de Diego Pérez, asunto por el que hay seis policías nacionales en prisión. Las defensas también solicitan que se efectúe una reconstrucción de los hechos por parte de la Guardia Civil al considerar que ninguno de los tres 'zetas' estuvo detenido esa madrugada el tiempo suficiente para llevar a cabo el crimen.

Noticias relacionadas:

La Policía Nacional detiene a seis agentes que podrían estar vinculados con un crimen

La Policía colocó escuchas en los patrullas de los agentes sospechosos de un crimen

De liarla en Murcia a llegar de puntillas a Cartagena

A prisión los seis policías detenidos en Cartagena

Los policías aseguran que Diego salió corriendo cuando lo llevaron a la Cortina

Los policías aseguran que Diego salió corriendo cuando lo llevaron a la Cortina

El asunto de los policías detenidos abre la puerta a otras denuncias ciudadanas

Muerte de Diego Pérez: A tres delitos podrían tener que enfrentarse los policías detenidos

"Ni tengo una pistola de la Guerra Civil ni un Mercedes ni más cosas que se han divulgado, como que mi padre me diese balas". Así se ha expresado, a través de su abogado, Mariano Bo, el agente José Antonio C.G., a quien fechas atrás otros medios informativos le han señalado, en base al informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, como autor de una serie de grabaciones efectuadas el 19 de junio, antes de las tres de la madrugada. Cabe recordar que José Antonio es uno de los seis agentes detenidos por la muerte de Diego Pérez, quien desapareció el 11 de marzo y su cuerpo apareció el día 25 en aguas de la playa de la Cortina.

Esas grabaciones secretas en el interior de los coches patrulla, al parecer, recogen que un agente dijo tener una pistola sin licencia para hacer el trabajo sucio, que procedía de la Guerra Civil. También que si encontraba a un supuesto ladrón "lo mataba a palos" y que si lo pillaba "cerca del Mercedes, ni te digo". También hablaba, supuestamente, de unas balas que le había dado su padre.

Mariano Bo, el letrado que defiende al joven agente, ha confirmado a este diario que, además de pedir una prueba de voz, tratan de conseguir el certificado que acredite que su cliente no pudo estar esa madrugada en el 'zeta' donde lo colocan.

También confirma que han pedido la reconstrucción de los hechos a cargo de la Guardia Civil, pues, como informó este diario hace unos días, ninguno de los tres vehículos llegó a estar parado aquella madrugada del 11 marzo más de tres o cuatro minutos en un lugar. "No da tiempo a llevar a cabo lo que se les acusa", indica, reiterando otras pruebas de las defensas, como que las ropas con que fue vista la víctima cuando fue introducida en el vehículo policial no eran las misma que llevaba cuando apareció su cadáver.

Mariano Bo también señala que, "con el mayor respeto a la jueza que lleva la instrucción y a la Fiscalía, pensamos que se debería haber abierto en su momento otra línea de investigación y no reducirla exclusivamente a los seis policías, hacia los que no existe prueba directa alguna que los incrimine con la muerte de esta persona".