El ataque con un hacha que sufrió Ángel, un hostelero de Los Dolores, sigue pendiente de juicio, que se ha suspendido por petición de la abogada de uno de los acusados, el cual ha pasado en unos días de acusado a testigo y ahora nuevamente a imputado. En este asunto, el informe forense descarta que se pueda aplicar la atenuante de drogadicción en el supuesto de una condena.

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La primera suspensión en la sala de vistas del juzgado de Lo Penal número 2 de Cartagena fue a petición de la acusación particular, ejercida por Juan Francisco Pérez, quien se incorporaba a la causa. La segunda la ha solicitado Mercedes Ros, quien defiende al acusado de facilitar la información sobre los horarios de la víctima a la persona que le atacó con un hacha. Atendió a este hombre cuando fue detenido y acusado por la Policía Nacional, pero después, en el juzgado, quedó sólo como testigo, hasta que la acusación particular lo ha vuelto a imputar. La letrada alega que en esa última parte no estuvo presente y no pudo ser oída en ese proceso de pasar de testigo a acusado, solicitando la nulidad.

El juicio, cuyo inicio para las cuestiones previas se demoró hora y media, iba a plantear una petición de 5 años de cárcel por las lesiones y de 40 meses por la tentativa de robo con violencia, más la responsabilidad civil, por parte de la acusación particular, mientras que el letrado Antonio Sánchez Aliaga alega que el atacante (José S.B.L., quien se encuentra en situación de prisión provisional) utilizó el hacha como un palo y que nunca utilizó el filo y Mercedes Ros exculpa de cualquier conexión a este último con su cliente (Manuel C.G.). Para la vista oral estaban también citados quince testigos, entre los que figuraban diez agentes de la Policía Nacional.

Se barajó la posibilidad de alcanzar las partes un acuerdo, lo que no se llevó a cabo y parece complicado, pues el informe forense rechaza que a los acusados se les pueda aplicar la atenuante de drogadicción.