Los seis niegan haber provocado la muerte del vecino de Virgen de la Caridad (Cartagena), confirmando que lo llevaron a la Cortina, pero que allí salió corriendo y que después se asustaron al conocer que había aparecido el cadáver. Sin embargo, existen suficientes indicios de criminalidad razonables para que la jueza haya determinado que los agentes de la Policía Nacional entren en la cárcel, donde deben quedar incomunicados, y sin fianza. Los abogados de las defensas han solicitado la nulidad del acuerdo de prisión provisional.

La fiscal Verónica Celdrán, el abogado de la familia, Francisco Belda, y los letrados defensores Pérez Avilés, Mariano Bo y Raúl Pardo Geijo

Unas siete horas y sin alto para almorzar. Durante ese tiempo, las oficinas del juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena han acogido los interrogatorios a los seis agentes de la Escala Básica de la Policía Nacional en Cartagena que podrían estar implicados en la muerte de Diego Pérez, un vecino de la barriada Virgen de la Caridad cuyo cuerpo apareció sin vida en marzo en la playa de Cala Cortina.

La jueza, María Antonia Martínez, y la jefe de la Fiscalía de área de Cartagena, Verónica Celdrán, han sido las que han efectuado la mayoría de preguntas a los acusados, que han contado con la presencia de sus abogados, que son Juan Francisco Pérez Avilés, Mariano Bo, Raúl Pardo Geijo, Salvador Román y un letrado sindical. También ha estado presente Francisco Belda, de Ruipérez Abogados, que ha sido contratado por la familia de la víctima para ejercer la acusación particular.

Según ha podido conocer esta redacción, los seis agentes mantienen su inocencia en cuanto a la muerte de Diego Pérez. Sí han confirmado que lo trasladaron desde su barriada hasta la playa de Cala Cortina (cámaras de seguridad confirman ese desplazamiento), pero, al parecer, han expuesto que lo llevaron allí para que se tranquilizase por las amenazas de muerte que afirmaba que sufría, pero que entonces salió corriendo y ya no supieron más de él hasta que se conoció que el cadáver estaba flotando en la playa. Entonces se asustaron y no contaron ese desplazamiento, que se reconoce que fue irregular. Consideran que los golpes que presentaba el cuerpo del fallecido se pudieron deber a golpes producidos contra las rocas. También se les ha preguntado por qué fueron tres patrullas 'zeta' para ese traslado y no ha salido el tema de las gotas de sangre que los vecinos afirman que vieron en la escalera del inmueble donde residía la víctima.

La jueza ha visto indicios razonables de implicación en un delito en este asunto, por lo que ha decidido el ingreso en prisión provisional, incomunicados y sin fianza. Los cinco abogados de las defensas han presentado, de acuerdo, la petición de nulidad alegando que se las ha notificado el auto pero no sus fundamentos. La magistrada María Antonia Martínez ha informado a las partes que el secreto de sumario será levantado, con lo que se podrán conocer más detalles de la investigación.

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