La sección quinta de la Audiencia, con sede en Cartagena, ha condenado con cuatro años de cárcel a uno de los protagonistas (a quien se observa en la imagen durante el juicio) de una pelea con navaja en Los Vidales (La Palma, Cartagena), mientras que absuelve al otro imputado, pese a que apuñaló al otro en el abdomen, porque sus acción reúne todos los requisitos de quien actúa con 'animus defendedi'.

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A José se le condena por el delito de amenazas por llegar a Los Vidales diciendo: "Dile al maricón que salga, os mato, tu hija es una puta, voy a matar a tus hijos y a tus nietos". El tribunal indica que fueron contundentes, firmes y sin contradicciones las declaraciones de la persona a quien se dirigió y de su esposa, además de otros datos periféricos, como la llamada a la Guardia Civil. También es castigado por el delito de lesiones por romper la ventanilla del vehículo de César, provocádnole heridas e introduciendo la mano con la navaja en el interior, momento en el que la otra persona sujetó la navaja para apartarla del rostro, tirando de ella José, provocándole las heridas en la palma de la mano. Este último dijo que fue César quien apareció por detrás en la puerta de la casa y le apuñaló, a lo que el tribunal reseña que es un testimonio falso en base a los testimonios expresados en la vista oral. También señala la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, que la conversación telefónica a la que hizo alusión con agentes de la Policía Nacional, éstos no la recuerdan.

La condena que se le impone es un año de cárcel por el delito de amenazas y tres por el de lesiones, junto a una multa de 120 euros, a indemnizar a César con 452 euros y a pagar las tres cuartas partes de las costas procesales. Su abogado, José María Latorre, indica que se está estudiando el recurso del fallo judicial.

Respecto a César, quien estuvo defendido por el abogado Ángel Galindo, para quien se solicitaba por parte de la Fiscalía ocho años de cárcel por homicidio en grado de tentativa, el tribunal, con su presidente, José Manuel Nicolás, como ponente, señala que actuó con 'animus defendedi' y que en su acción concurre todos los requisitos para la legítima defensa al ser objeto de una agresión previa e injusta por parte de José. Es absuelto y deberá pagar una cuarta parte de las costas.