Visto para sentencia la causa contra tres de los cuatro acusados (uno está en rebeldía) de propinar una paliza en Los Alcázares a un joven que esos días de finales de 2007 grababa una película en Los Alcázares.

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La sección quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Cartagena, acogió la vista oral por la paliza que un joven recibió frente a la discoteca Búho de Los Alcázares en diciembre de 2007 en Los Alcázares. Los más de seis años que han pasado desde entonces y la ausencia de testigos visuales de lo acaecido complica conocer exactamente lo sucedido y obliga a hilar fino con las versiones de una y otra parte.

La Fiscalía solicita penas de cuatro años y nueve meses para Sergio por robo y amenazas, de 8 años para Manuel y Juan Antonio por robo y lesiones y de nueve y medio de cárcel para David por robo y lesiones. De este cuarteto faltó Juan Antonio, quien ha sido declarado en rebeldía, mientras que con Sergio se alcanzó un acuerdo previo al juicio entre su defensa y la Fiscalía, por la que se confiesa culpable a cambio de dejar la condena en dos años de cárcel por el robo con violencia y de una multa por falta por las amenazas que lanzó hacia la víctima cuando estaba en el cuartel de la Guardia Civil. Verónica Celdrán fue quien representó al ministerio público durante la sesión, mientras que Serra, Cano y Martín fueron los abogados defensores.  

Manuel fue el primer en declarar. Dijo que iba a este local porque le invitaban a copas a cambio de llevar clientes y que allí observó como el denunciante, "que iba bebido", hablaba con una camarera, "mientras que su novio ya le miraba mal, por lo que le dijo que saliera del local. A la salida hubo una movida y todos los que estaban se abalanzaron sobre él, pero nadie le robó. Cuando se levanta, se marcha y volvemos al local para minutos más tarde salir a fumar, que fue cuando llegó al Guardia Civil y nos registró desnudándonos", narró, además de afirmar que ninguno del grupo "le pegamos, sí le dimos un empujón para que saliera del local, pero no se le agredió", añadió. Cabe reseñar que este acusado consignó ayer mañana 2.000 euros para el capítulo de la responsabilidad civil.

El segundo en someterse a las preguntas fue Sergio, el joven que antes de comenzar el juicio pactó una condena con la fiscal. "Bebí mucho esa noche, más de una botella de ginebra, pues había estado haciendo botellón, y no me acuerdo de nada". David también dijo que esa noche estaba "borracho, borracho, borracho". Recuerda que el denunciante "empezó a meterse con una camarera y Manuel le dijo que saliese, pero yo me quedé dentro del local y cuando me asomé al exterior ya se estaba levantando del suelo".

La víctima, por su parte, dio su versión. "Estaba haciendo una película en Los Alcázares y fui a tomar una copa a la discoteca Búho, pero no me metí con nadie ni conocía a quienes me pegaron. Uno me cogió por la parte de atrás del cuello y arrancó la cadena de oro que llevaba y me dieron un puñetazo en la cara, que me hizo caer al suelo, donde recibí una paliza". Sobre la reclamación económica, afirmó que sólo pide la cadena de oro y los dos mil euros que le costaron arreglar los dos incisivos fracturados. Respecto a los acusados, dijo recordar a dos de ellos, pero no a David.

Los agentes de la Guardia Civil fueron los siguientes en testificar. "El portero de la discoteca confirmó que había tenido lugar un incidente y sobre los sospechosos explicó que no los dejaba entrar porque habían protagonizados tiempo atrás otros altercados". Indicaron que el portero señaló que uno de los agresores llevaba tracas y parecía de etnia gitana y confirmaron que Sergio lanzó amenazas dirigidas a la víctima en el cuartel, "no le he dado tan fuerte, la próxima vez…', dijo alterado". Por su parte, los policías locales de Los Alcázares afirmaron que los acusados son conocidos en la zona por hechos delictivos.

En las concluciones, la fiscal mantuvo las peticiones de condena, mientras que las defensas resaltaron aspecto como que uno de los imputados no fue reconocido en sala, que la víctima no llevaba marcas en el cuello de que le hubiese arrebatado la cadena de oro y dudas sobre si fue en la discoteca Búho o en otra muy próxima donde se inició el conflicto.

La causa quedó vista para sentencia.