Se temía lo peor, pero ha sido el final feliz que todos deseaban. Juan Guillén, después de 49 horas ilocalizado, ha sido encontrado en buen estado de salud en una vivienda de la calle Costa Rica de Los Dolores (a unos cien metros de su casa), donde se adentró sin que lo supiesen sus moradores y donde ha estado escondido en un pequeño cuarto, de menos de metro y medio de altura, ubicado en el patio, en la parte posterior de la vivienda.

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Martes 7 de enero, sobre la una y media de la tarde transita Juan Guillén Bernal por la calle Seu de Urgell, vía próxima al juego de bolos en Los Dolores (Cartagena). A partir de ese momento ya no se tienen noticias suyas, lo que desata la preocupación en su familia, que comienza la búsqueda. Pasan las horas y no aparece, por lo que se avisa a la Policía Nacional sobre las siete de la tarde. Una persona de 87 años de edad, de pelo canoso, que lleva bastón y que iba vestido con polar marrón y pantalón de chándal son los datos que se facilitan y que también recorren Internet y las redes sociales.

Al día siguiente se incorporan varias decenas de agentes de la Comisaría, que refuerzan la búsqueda que están llevando a cabo, principalmente por los descampados próximos, tanto familiares como grupos de vecinos. Conforme avanzan las horas la preocupación crece y más cuando en la tarde de ayer se tienen que suspender los trabajos por la densa niebla que se adentra en la barriada, aunque los vecinos retomaron avanzada la noche esa búsqueda hasta entrada la madrugada.

Jueves. Se reanudan las labores de búsqueda, ahora con más personal, pues se incorporan efectivos de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción) de Cartagena apoyada por agentes de Murcia, además de Protección Civil de Cartagena, con doce personas, cuatro todoterrenos y dos quads, y un helicóptero, que desde el aire recorre el terreno a mínima velocidad con dos policías en su interior fijándose en cualquier detalle. Llega la primera pista. Una mujer que iba hacia su trabajo sobre las seis de la mañana de ayer dice que vio a un hombre con gafas y bastón, pero no sirve porque no se trataba de Juan Guillén.

El área de trabajo se amplía hasta las zonas de El Plan, San Cristóbal, carretera de La Aljorra y los terrenos donde del antiguo cuartel de la Batería y futura universidad. "Parece que se lo ha tragado la tierra", expresan varios de los protagonistas de la búsqueda.

Su familia no cree que haya podido ir muy lejos, pues no es una persona con salud de roble y precisa de una amplia medicación, pero no se puede descartar nada, "hay casos de personas desaparecidas que han sido localizadas mucho más allá de donde cabía pensar", apunta José Navarro, responsable de Protección Civil. "Conocemos esta zona como la palma de la mano y hemos buscado en pozos, casas abandonadas y en cada palmo de terreno, pero no aparece", dice uno de los componentes de los entregados grupos de vecinos que no cesan de buscar.

Los policías también 'peinan' cada palmo de terreno y muestran la fotografía de Juan a las personas que se van encontrando. No hay resultados, por lo que, de forma paralela a la ampliación del campo de actuación, se decide volver a revisar las zonas más próximas al lugar donde se le dejó de ver. "Tenemos la sensación de que está más cerca de lo que parece", indican. A las dos concluye el trabajo matinal y se fija una hora más tarde para retomar la búsqueda.

Sin embargo, sobre las dos y media de la tarde, la familia del número 21 de la calle Costa Rica se dispone a almorzar. Llevan dos días escuchando ruidos que parecen proceder del pequeño cuarto (metro y medio de altura y estrecho) que tienen en el patio para guardar material que no se utilizó en una obra que tiempo atrás se llevó a cabo. Entonces deciden ir a ver de qué se trata, por lo que dos integrantes de la familia abandonan la mesa y se dirigen al patio, algo temerosos "por si se trataba de algún animal que había entrado. Nos asomamos por la pequeña puerta y vemos dos piernas", por lo que avisan al 091, además de comentárselo a una vecina que pasa en esos momentos por la calle, que relaciona el hallazgo con la noticia de la búsqueda de Juan Guillén, por lo que se dirige a avisar a su familia.

Y llega la gran noticia. Es Juan Guillén Bernal. Está vivo y, aunque presenta algunas pequeñas heridas (tuvo que arrastrarse para entrar en el habitáculo) y no ha ingerido alimentos, su estado de salud es bueno, como después confirmarían los sanitarios en la revisión que le practican en la ambulancia. "Está algo aturdido, pero bien". Es la frase que va de boca en boca entre los cada vez más numerosos espectadores de la escena, entre los que hay vecinos perplejos, pues no imaginaban que la persona de la que tanto están oyendo hablar y que ha motivado un despliegue policial tan grande estuviera tan cerca de ellos y de su domicilio, pues apenas hay cien metros en la casa de Juan y su mini-morada de dos días.

Tras la primera revisión en la ambulancia, el anciano ha sido trasladado sobre las cuatro menos cuarto de la tarde al hospital de Santa Lucía, continuando después del protocolo de actuación en estos casos con la llegada de la Policía Científica para examinar la zona donde ha pasado los dos días y la declaración en Comisaría del propietario del inmueble.

"Por lo que se ve, pasó por esta calle y se adentró al ver la puerta del jardín abierta. Además, en esta casa vive una familia que bien temprano se van a trabajar (tiene un comercio de ferretería en la calle Reina Victoria) y no suelen regresar hasta que lo cierran cada noche", apuntan. ¿Por qué lo hizo?, no se sabe ni se ha preguntado. Lo importante es que Juan está sano y salvo tras 49 horas de máxima tensión en las que el temor parecía ir ganándole la batalla a la esperanza, que finalmente ha acabado como gran triunfadora.