La Guardia Civil ha detenido a 6 personas y ha esclarecido 18 robos en cajeros automáticos de las provincias de Valladolid, Zaragoza, Almería y Murcia, siendo la última actuación identificada la que llevaron a cabo hace unas fechas en San Cayetano (Torre-Pacheco), que se observa en las imágenes adjuntas, además de que se ha descubierto actuar en próximas fechas en otros cuatro cajeros de la Región. Las explosiones provocadas para la apertura de los cajeros se producían tras introducir gases explosivos por las ranuras de los dispensadores del dinero.

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Investigan la explosión de un cajero en San Cayetano de Torre-Pacheco

La Guardia Civil en el marco de la operación 'Orbit' ha procedido a la detención de 6 personas de nacionalidad rumana (5 en Murcia y 1 en Zaragoza), como presuntos autores de al menos 18 robos cometidos en cajeros automáticos de entidades bancarias de las provincias de Valladolid, Zaragoza, Almería y Murcia. A los detenidos se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, robo y daños agravados con explosivos. La red, durante la noche introducía mezclas de gases explosivos por las ranuras de los cajeros automáticos, haciéndolos estallar para apropiarse del dinero que contenían.

Las investigaciones se iniciaron a finales del pasado año tras detectarse una intensa actividad del grupo delictivo en la provincia de Valladolid, donde en tan sólo un mes la organización había explosionado 8 cajeros automáticos. En las primeras invdagaciones se pudo determinar que se trataba de un grupo criminal de ámbito delictivo transnacional, implicado también en robos similares y con la misma forma de operar en países de Centro Europa.

Explosión de cajeros con mezcla de gases
Una vez que la organización realizaba un exhaustivo estudio y reconocimiento de la zona seleccionaban entidades bancarias ubicadas en poblaciones pequeñas y con diversas vías de escape.

Tras seleccionar el objetivo y planificar el robo, un grupo formado por 3 ó 4  personas se desplazaban hasta el lugar, donde de manera coordinada se distribuían las labores (ejecución del robo, contravigilancia para detectar posible presencia policial, apoyo en vehículo para asegurar la fuga, etc.)

Los ejecutores del robo, tras inyectar una mezcla de gases a través de la ranura del cajero automático lo hacían estallar, causando importantes daños en el cajero, entidad bancaria y, en ocasiones, en viviendas colindantes.

Tras producir la explosión y apropiarse del dinero del cajero, con la ayuda del grupo encargado de la contravigilancia, huían rápidamente del lugar aprovechando las distintas vías de comunicación.