Sábado, Julio 06, 2024
   
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Rechaza que le rebajen la pena de 8 años a 21 meses porque quiere decir su "verdad"

Un caso insólito tuvo lugar en la sala de la Audiencia Provincial en Cartagena. Uno de los dos acusados por una estafa a una empresa de Fuente Álamo reconoció los hechos que se le imputan pero rechazó el acuerdo alcanzado por acusación y defensa que reducía considerablemente las penas solicitadas. "Quiero contar mi verdad y me dan igual las consecuencias", expresó.


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Salvador S.B. y Gaspar T.R. están acusados de haberse apropiado de 87 pgrés de una empresa de frutas y verduras de Fuente Álamo, con los que estafaron a dicha entidad y terceros por un total de 109.752,76 euros en el año 2009. Consiguieron adentrarse en las oficinas debido a que el primero de ellos hizo uso de las llaves de su hermano, que es administrador de la empresa. Así, de forma somera, lo consideran la Fiscalía y la acusación particular, que lleva el abogado Francisco Belda, de Ruipérez Abogados, por lo que piden penas de cárcel de seis años para cada uno por un delito continuado de falsedad en documento mercantil con un delito continuado de estafa, más dos años para el primero por robo con fuerza de las cosas.

Antes de comenzar la vista oral ante el tribunal, integrado por Miguel Ángel Larrosa, Fernando Fernández-Espinar y Matías Soria, se negoció un acuerdo para elevar una sentencia de conformidad entre la acusación y los abogados de la defensa, Juan León y Julio Frigard. Se alcanzó ese acuerdo y se dispuso a iniciar la vista oral en la que, como es habitual en estos casos, los acusados confesarían y la acusación modificaría su calificación penal, lo que se llevó a cabo, dejando el asunto penas de 21 meses de cárcel y 600 euros de multa para cada uno, más el pago en concepto de responsabilidad civil de 104.652 euros por parte de Salvador y de 5.000 euros más intereses en el caso de Gaspar.

Hasta ahí todo normal, pero cuando el magistrado Miguel Ángel Larrosa preguntó a Salvador, éste respondió: "La verdad es que no estoy muy conforme". El juez le explicó que se le había aplicado la ventaja fiscal de ser familiar de la víctima, a lo que apostilló Salvador: "No quiero ser beneficiado… venga, vamos a celebrarlo".

Todos los presentes estaban perplejos y el abogado del acusado, Juan León, abandonó su ubicación para mantener una conversación privada con el cliente. No sirvió para nada que le dijesen el riesgo que corre. Reconoce que cogió los pagarés y que los firmó, "peor hay otro que no está en esta sala que me dio las llaves", apuntó. Uno de los letrados manifestó que eso mismo lo dijo en la instrucción, por lo que, presumiblemente, si no está imputado es porque no existían pruebas de esa supuesta implicación. Tampoco sirvió para nada. "Quiero contar mi verdad y me dan igual las consecuencias", reiteró, por lo que la vista fue suspendida y se fijará, en principio, nueva fecha para su celebración.

 

 

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