Dieciséis empleados fueron despedidos por La Manga Club en febrero de 2012. Once causas ya fueron juzgadas en las salas laborales 1 y 3 de Cartagena, con sentencias favorables a los trabajadores que están recurridas ante el TSJRM. Ahora le ha correspondido al juzgado de Lo Social número 2 acoger las cinco restantes, que han quedado vistas para sentencia.

El fondo del asunto es conocido para quienes hayan seguido las causas anteriores. La empresa justifica en la situación económica la decisión adoptada, mientras que los trabajadores alegan que son despidos improcedentes porque La Manga Club e Inmogolf pertenecen a un grupo más amplio y solvente. Es el mismo caso pero con una visión nueva, pues como dejó claro el juez Salvador Díaz al inicio de la vista oral: "No he visto las sentencias anteriores para que no influyan en mi decisión". Sin embargo, para las partes el poso dejado por los juicios anteriores está muy presente, por lo que este juicio tuvo algún que otro momento de cierta tensión y duró más tiempo ya que las partes se esforzaron en tratar de contrarrestar lo que les había sido negativo en las citas anteriores y de aportar nuevas pruebas para respaldar sus objetivos.

Por un lado estaban los abogados Raquel Fernández, Luis Martínez Vela y Álvaro Roda representando a los trabajadores. Por otro, tres letrados. Uno con La Manga Club e Inmogolf, otra con las empresas de la zona de Almería y el tercero con el resto de empresas, pues en total son 18 las demandadas. Para empezar ya hubo desacuerdo, pues la parte de los trabajadores aportó documentos antes del inicio, mientras que las empresas habían tenido una fecha tope. Se dijo que así lo contemplaba la Ley, que diferencia en este caso demandante y demandado, pero las empresas dejaron reflejada su impugnación de esos documentos y de todos los que son anteriores al año 2009.

Además de las pruebas documentales aportadas al juez estaba el capítulo de declaraciones. El primero en responder a las preguntas fue el director de personal de La Manga Club, ya que la empresa cuenta con nuevo director general desde hace mes y medio (José Asenjo) y desconoce los hechos que se juzgan. Respecto a que se contrató personal después de estos despidos respondió que fueron "contrataciones puntuales por alta ocupación" mientras que no concretó las demás respuestas, en especial a que en un acta se indica que el ex director Antonio Ros dijo en una reunión que Med Group pagaba las nóminas. "Solicitamos que se tenga por confeso a Antonio Sánchez porque responde con evasivas", expresó entonces la abogada Raquel Fernández.

De los trabajadores presentes, uno afirmó que sólo había trabajado para La Manga Club, mientras que una ex compañera aseguró que sí desempeñó labores en varias empresas.

El siguiente en declarar fue Antonio Ros, quien llevaba en la empresa desde 1985 y fue director general hasta el pasado mes de mayo. Afirmó que no existían relaciones con esas otras empresas con las que se trata de vincular a La Manga club ("nuestras decisiones era autónomas") y que tampoco se dio el prestamismo laboral de trabajadores. "Las decisiones de los despidos fueron mías con la aceptación de Jordi Robinat". También se trató de relacionar a la empresa con el grupo con confusiones de patrimonios u operaciones económicas entre ellas, como un crédito de Olam a La Manga Club. "Fue un préstamo que se pagó con intereses". Respecto al acta del comité de empresa, que firmó un representante de La Manga Club, donde se recoge que las nóminas las pagaba Med Group y que se seguía adelante pese a la mala situación económica por empeño de Robinat, el ex director rechazó esas afirmaciones.

Hubo más testimonios, como el informe de un perito que desveló que en los datos contables "no coinciden las cifras presentadas a los trabajadores con las que figuran en el Registro Mercantil y lo declarado para el pago del IVA".  Las pérdidas oficiales de la empresa en 2010 y 2011, respectivamente, fueron de 3.363.000 euros y 4.768.000 euros.

Después tomó el protagonismo quien fue administrador concursal hasta noviembre de 2011, quien afirmó que La Manga Club e Inmogolf "no formaban parte de otro gran grupo, si hubiese visto confusión de patrimonios o unidad de caja lo hubiese dicho, pues mi misión era defender a los acreedores. No detectamos la presencia de Med Group en la gestión", aseguró.

En un momento dado aparecieron dos nombres similares: Med Gruop Inversiones y Med Group Investiment. El abogado de estas empresas afirmó que eran distintas, lo que causó la sorpresa de los letrados de los trabajadores, "pues son nombres muy similares y tienen el mismo domicilio social". Solicitaron entonces la suspensión del juicio para ampliar la demanda con una empresa más, "pues acabamos de conocer ese dato cuando en todos los juicios se ha estado hablando de Med Group Inversiones como cabecera del grupo y no se había cuestionado". El juez fue tajante al decir que el juicio "no se va a suspender".

Dada la larga duración de la vista, se dieron cinco días de plazo a las partes para presentar por escrito sus conclusiones.

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