Sábado, Julio 06, 2024
   
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El extraño caso del paquete de cocaína

La Audiencia acogió ayer la primera sesión del juicio contra un hombre a quien encontraron en Los Alcázares en 2005 una bolsa con cocaína en su furgoneta tras la misteriosa denuncia de un desconocido. "No era posible lo que me estaba pasando y desde entonces reviso el coche cada día", expresa para quien piden 5 años de cárcel. Hoy tendrá lugar la jornada final de la vista oral.




La acusación de este caso es muy simple. La Guardia Civil intervino el 22 de junio de 2005 una furgoneta en cuyo interior localizó 111,43 gramos de cocaína envueltos en papel metálico. Sin embargo, lo que se observó durante la celebración de la primera sesión del juicio ante el tribunal de la sección quinta de la Audiencia Provincial desata la extrañeza sobre la autoría de este vecino de Los Alcázares, para quien la Fiscalía reclama 5 años de prisión y una multa de diez mil euros. El imputado proclama su inocencia e, incluso, rechazó la posibilidad de aceptar una sentencia de conformidad con una pena bastante inferior.

El acusado explicó que ese día encontró la furgoneta con el cristal roto, despefecto que luego ratificaron los agentes de la Guardia Civil, pero que siguió utilizando una furgoneta que está al servicio de todo el personal de la empresa de construcción para la que trabaja. Utilizó el vehículo para llevar a su hijo al dentista y al regresar lo esperaba la Guardia Civil, que se dirigieron al vehículo, encontrando "al instante" la cocaína escondida escondida dentro de la esponja interior del asiento del conductor. "¿Esto es suyo?, me preguntaron, pero enseguida me esposaron y no me dejaron llevar a casa la receta de mi hijo. Fui trasladado al cuartel, donde no me dejaron cambiar de ropa ni me dieron comida. Yo no vi la droga, solo un paquete de albal. Pensé que eso no me podía estar pasando y finalmente he quedado señalado para toda la vida, pues llevo ocho año firmando en el juzgado cada dos semanas, cuando no he consumido ni vendido droga en mi vida ni sé lo que es… No he hecho nada malo en esta vida. Ahora, desde entonces, reviso el coche todos los días porque lo que sufrí fue de película". Fue, de forma somera, su explicación. Después le preguntó la fiscal sobre una navaja que apareció con restos de cocaína. "Me enteré por mi abogado", respondió. Su abogado, José Antonio Izquierdo Martínez, expuso que su cliente no volvía a casa ningún día hasta que concluía su jornada laboral, sobre las seis de la tarde, pero ese día alteró su rutina al llevar al hijo al médico. "Sólo mi ex mujer sabía que yo estaría ahí a esa hora", apuntó.

Su hermano declaró a continuación para decir que no denunciaron el cristal roto esa mañana "porque estamos hartos de perder el tiempo presentando denuncias (por daños en la empresa y robos de material) que no van a ningún lado, además de que estábamos acostumbrados a que mi hermano sufriera daños en su vivienda, por lo que no vimos el tema anormal". Afirmó que su hermano no tenía problemas económicos. Después, el hijo de acusado declaró que su padre no recibía visitas extrañas y protagonizaba salidas nocturnas que pudiesen apuntar a una actividad ilícita.

La Guardia Civil explicó que el origen de la operación fue un agente en la reserva que se presentó en el cuartel diciendo "que le habían dicho que se iba a llevar a cabo un intercambio de droga, por lo que, con premura por el escaso tiempo, se montó un dispositivo con varios efectivos", explicó el sargento que llevó dicha operación y que fue quien descubrió el paquete. "Estaba dentro de la espuma del asiento". Los agentes de la Benemérita también confirmaron que no encontraron objetos propios de la venta de droga. 

El hombre que llevó la noticia al cuartel declaró como testigo protegido. "Yo salía de un bar del paseo de la Feria cuando se me acercó una persona y me preguntó si era guardia civil, para después decirme que había escuchado una conversación que desvelaba que un vehículo transportaba estupefacientes, facilitándome marca, modelo y matrícula, que fueron los datos que facilité al sargento. No sabía quien era el confidente y luego, a instancias del sargento, traté de localizarlo, pero ya no lo vi", explicó.

La vista oral continuará hoy con los testimonios de la Policía Judicial y las conclusiones de las partes.



 

 

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