Como cada vez que se celebra una fiesta o un acontecimiento en la ciudad, donde se prevén aglomeraciones, los responsables de la Policía Nacional y Local se reunieron ayer para coordinar efectivos y conseguir que la fiesta de Halloween transcurra esta noche y de madrugada sin incidentes. El comisario de la Policía Nacional, Alfonso Navarro, y el coordinador municipal de Seguridad, Juan Antonio Calabria, han perfilado un dispositivo que reforzará al servicio ordinario de ambos cuerpos y que añadirá 17 agentes a la labor de vigilar las concentraciones de jóvenes en la calle e impedir conductas incívicas. Serán 8 agentes más del Cuerpo Nacional de Policía y 9 de la Policía Local, que iniciarán su servicio a las diez de la noche, hasta las seis de la mañana.

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Algunos de ellos actuarán de paisano y se dedicarán especialmente a vigilar e impedir la venta de bebidas alcohólicas a menores o fuera de los horarios y establecimientos autorizados, así como el comercio ilegal de estupefacientes.

Su actuación se centrará en las habituales zonas de botelleo de las calle Príncipe de Asturias y adyacentes en El Ensanche; Jara, Cañón y adyacentes, en el Casco Histórico, y la explanada del Estadio Municipal Cartagonova. También se contará con la colaboración de un grupo de voluntarios de Protección Civil.

Por otro lado, también se tiene previsto, si fuera necesario, cortar al tráfico de noche el acceso al Casco Histórico por la calle de Duque, San Francisco, Campos y Jara; dejando pasar a los residentes.

El coordinador municipal de Seguridad ha señalado que este tipo de colaboración con la Policía Nacional y en otras ocasiones con la Guardia Civil es algo habitual, ya que los tres son servicios que pagan los ciudadanos para protegerles y deben complementarse en materia de seguridad.