El magistrado Carlos Contreras, titular del juzgado de Lo Social número 1 de Cartagena, ha considerado que es improcedente el despido de quien ha ocupado la dirección de la residencia de la Tercera Edad del barrio de San Antonio Abad (Cartagena), a quien ahora la empresa Mensajeros de la Paz debe readmitir o indemnizar con una cifra próxima a los sesenta mil euros. Tino Villanueva Gutiérrez ha estado representado en este proceso judicial por la abogada Isabel Rosique.

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Tino Villanueva está muy satisfecho de que la justicia, en primera instancia, pues la sentencia se puede recurrir, le haya dado la razón. Ha estado trabajando 17 años en la Residencia de la Tercera Edad de San Antón, donde ocupó su dirección durante tres lustros, en concreto, hasta el pasado 14 de marzo, cuando de forma verbal le dijeron "que me podía ir por la puerta grande o la pequeña, cobrando más o poco, lo que no acepté, por lo que me abrieron entonces un expediente", explica a Cartagena de Ley, además de señalar su rechazo total a los argumentos ("aluciné al conocerlos") que planteó ante el juez Mensajeros por la Paz. "La sentencia, incluso, refleja que si fueran ciertas esas afirmaciones, la situación de los abuelos estará cerca al maltrato, lo que en absoluto es cierto. No se ha probado ni uno de los 16 puntos que expusieron, ni fechas, ni nombres de afectados… todo eran inconcrecciones que sólo respaldaban testigos que estaban nómina por parte de la empresa".

El ex director, quien agradece las muestras de apoyo en este proceso de muchos de los que han sido sus compañeros, piensa que el origen de este tema se sitúa unos meses antes de ser despedido. "Existía un ambiente caldeado entre las familias de los enfermos por la escasez de personal, algo que no dependía de mí, pues no era quien firmaba los contratos. Me harté de pedir personal al gerente, pero hubo un momento en el que no podía ni hablar, pues zanjaban el asunto diciendo: 'Estoy es lo que hay y punto'", explica, para continuar indicando que los familiares elaboraron una carta de queja dirigida al gerente de la asociación por esa escasez de empleados, que no eran suficiente pese a su esfuerzo. "Interpretaron que yo tenía que ver algo con la carta, cuando no era cierto, y…".

Ahora, la empresa Mensajeros por la Paz deberá recurrir la sentencia, optar por la readmisión o pagar una indemnización.