* Una familia de la Barriada Virgen de la Caridad denuncia que su hijo falleció por una negligencia médica en el hospital de Santa Lucía

* Acusan a los profesionales sanitarios de los delitos de homicidio por imprudencia y lesiones, debido a los daños y secuelas sufridos también por la madre

* Hace tres semanas, a raíz de otro problema que tuvo una de las primas en el parto, han decidido movilizarse y ya llevan novecientas firmas

* El letrado Pedro Madrid lleva este asunto, que ya está en fase de diligencias previas, y otro similar, que todavía está pendiente de la admisión judicial

* El Servicio Murciano de Salud anuncia su máxima colaboración con la justicia "porque somos los primeros interesados en esclarecer los hechos"

Una familia de la barriada Virgen de la Caridad, en Cartagena, ha presentado una demanda contra los profesionales sanitarios del hospital de Santa Lucía que pudieron incurrir en una negligencia que tuvo como consecuencia la muerte de un recién nacido y diversos daños en la madre. El hecho sucedió en septiembre del pasado año y en diciembre fue cuando se presentó la demanda en el juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena, que la ha admitido, encontrándose el proceso actualmente en la fase de diligencias previas.

La madre, junto a familiares y amigas, está llevando a cabo una campaña en la calle para "pedir justicia".  Ayer estuvieron en el mercadillo del Cénit, donde colocaron carteles y recogieron firmas para reforzar las acciones que están llevando. Carmen Meroño Aguileo es la madre de Aitor Arroyo Meroño, el bebé fallecido. ¿Qué sucedió?, es lo primero que preguntamos a su progenitora, madre de otros tres hijos:
"Ingresé en el hospital de Santa Lucía el 14 de septiembre a las diez de la mañana y, como tenía problemas de tensión arterial elevada y había tenido problemas en partos anteriores, me derivaron a Urgencias. Yo estaba de acuerdo en que me provocasen el parto, pero, a las tres de la tarde, una mujer me dijo que la ginecóloga no podía porque había mucho trabajo. A partir de ahí tuve que esperar dos horas el informe porque estaba estropeado el programa informático y después una doctora me da de alta y me dice que vuelta el día 18 para un nuevo control. Sin embargo, el día 16 tengo contracciones y vuelvo al hospital, donde detectan que llevaba dos centímetros de dilatación y el 70% del cuello del útero borrado al estar en dinámica de parto, por lo que me ingresan en planta. Al día siguiente, a las doce, un doctor me da de alta diciéndome que siga dilatando en casa y que vuelta al día siguiente, que es cuando tengo cita".

Carmen continúa con su sucesión de acontecimientos. "En casa sigo con dolores, pero aguanto hasta la madrugada para no tener que volver y que me manden otra vez a casa. Sin embargo, de madrugada me voy obligada a acudir de nuevo. Sigo con dos centímetros de dilatación y entro en el paritorio, donde a las cinco ya llevo 5 centímetros y la matrona me pone la epidural. A las ocho de la mañana llega el cambio de turno y otra matrona me dice que se ha parado el parto, que no lo refleja el monitor, indicándome, en tono amenazante, que me va a mandar a planta, pero yo seguía sintiendo las contracciones y al cambiar de postura en el monitor vuelven a aparecer las señales que el parto sigue adelante", indica, además de apuntar que le habían subido la oxitosina para facilitar la dilatación.

"Cuando rompo aguas me dice la matrona que si no me habré orinado, pero le respondo que me duele y me indica, entonces, que le gusta los partos con dolor, pero yo insisto en que no era normal, pues llevaba la epidural y me dolía más que en los anteriores alumbramientos que tuve. Entonces mi esposo me mira abajo y ve que estoy sangrando", expresa, apuntando en ese momento que nunca la información de las contraindicaciones de nada ni firmó papel alguno. También reitera que avisaron varias veces a la matrona y que no acudió en ningún momento el ginecólogo.

Cuando la situación se extrema, ya con el ginecólogo presente, "le pusieron electrodos en la cabeza al niño y me llevaron corriendo al quirófano, mientras me iban pinchando por el pasillo. Al entrar en la sala sentí el aborto…". El pequeño fue trasladado ese mismo día 18 en helicóptero a Albacete, tras bajarle la temperatura a 33 grados. En el centro sanitario manchego se encuentra una cámara para paliar los daños cerebrales. "Le faltó el oxígeno del cerebro durante tres minutos, por lo que tuvieron que reanimarlo y trasladarlo urgentemente", apunta una familiar. Regresó a Cartagena y estuvo en al UCI de neonatos hasta que falleció el 29 de septiembre. "El crío estuvo llamando a la puerta durante cinco días, pero no le hicieron caso, y falleció por tres minutos", expresa la abuela.

La vida de María también estuvo en peligro. "Estuvo a punto de morir", dice su madre, abuela del bebé fallecido. Le han quedado diversas lesiones, como la extirpación del útero, y problemas psicológicos. En unos días tendrá que acudir a que un cirujano le extirpe unos granulomas que le han aparecido, entre otros problemas que atraviesa y que afectan asimismo a otros componentes de la familia. "Tengo un hijo cuyas notas han bajado mucho desde entonces, pues fue algo que nos ha trastornado a todos".

La denuncia la presentaron en diciembre a través del abogado Pedro Madrid Briones. El 30 de abril acudió Carmen Meroño para ratificarla, lo que hizo, estando ya en marcha el procedimiento, en el que ahora deberán declarar ante el juez Jacinto Aresté los testigos solicitados por la acusación y la defensa. La demanda es por un homicidio por imprudencia en lo referente al bebé y un delito de lesiones por los daños y secuelas ocasionados a la madre, explica el letrado, quien aclara que va dirigida "contra los profesionales que pudieron incurrir en esa negligencia y con el Servicio Murciano de Salud como responsable subsidiario".

Pedro Madrid también desvela que lleva en manos otro asunto similar por otro alumbramiento que acabó en tragedia en el hospital de Santa Lucía. "Es un asunto con otras características en el que se ha presentado la denuncia en julio y que falta que el juez se pronuncie sobre si la admite o no".

Un embarazo positivo con ligadura de trompas
El asunto de los errores médicos es lo que ha llevado a la familia de Aitor Arroyo Meroño a poner en marcha una campaña social y recoger firmas por zonas de Cartagena, especialmente los días de mercado, que inundan de carteles. "Una prima hermana también tuvo problemas hace un par de meses, lo que removió este asunto en toda la familia, decidiendo llevar a cabo una recogida de firmas para presentarlas en la oficina de la Comunidad Autónoma, que es la responsable del hospital de Santa Lucía", apunta Verónica García. Llevan más de novecientas firmas más la que están recabando por internet a través de un portal que aparece al poner en el buscador: petición pública justicia por el pequeño Aitor.

Sobre los errores médicos, una de las presentes también nos muestra una analítica que refleja un test de embarazo positivo cuando resulta que lleva dos años con ligadura de trompas. "No se pueden admitir tantos errores", proclama. 

Servicio Murciano de Salud
Un portavoz autoriza del SMS, al trasladarle Cartagena de Ley este asunto, ha indicado que, al tratarse de una denuncia en los juzgados, seguirán con el procedimiento habitual de "colaborar con la justicia recogiendo toda la información y esperando el fallo judicial", remarcando que son los primeros "en querer saber qué pasó para que no vuelva a suceder, si realmente sucedió así".