Escrito por AgenCYA. Martes, 4 de diciembre de 2012
El juzgado de Primera Instancia número 3 de Cartagena ha condenado a un hombre a pagar unos seis mil euros por el mantenimiento de su caballo en un centro ecuestre, pese a que alegó que no encontró a la persona que debía pagar ni le facilitaron cuenta bancaria alguna para hacerlo.
La jueza condenó, en el pasado mes de febrero, al propietario de la yegua a pagar 5.750 euros más intereses al Centro Ecuestre Sotomayor, en Cartagena, siendo recurrida la sentencia ante la sección quinta de la Audiencia Provincial, alegando:
"…que no tiene más obligación que la del pago de 600 euros correspondiente al periodo comprendido entre el mes de noviembre de 2008 y el mes de febrero de 2009, a razón de 150 euros mensuales, aduciendo el incumplimiento del contrato por el actor en cuanto que no hizo posible el pago, pues, aunque intentó hacerlo en las instalaciones del centro ecuestre, no encontró al demandante y tampoco le fue facilitado cualquier cuenta u oficinal donde dirigirse para la realización de tales menesteres; que a partir de aquel momento se le prohibió ver el animal, que despareció; y aduciendo, asimismo, frente a lo resuelto sobre el particular por la juzgadora, que no se pactó otra retribución que la referida de 150 euros mensuales".
El magistrado José Manuel Nicolás, en su resolución, da plenamente la razón al a jueza, indicando:
"…difícilmente resulta verosímil que fuese el depositario, el principal interesado en que el precio se le pague y el que además soportaba los gastos para el mantenimiento o conservación de la cosa objeto del depósito, el que pusiera dificultades o trabas para que dicho pago se llevara a cabo. Claro que, sosteniendo el ahora apelante que no sabía cómo o dónde pagar, la misma resolución apelada señala que "el caballo fue llevado a las instalaciones del centro el día 8 de noviembre de 2008 y desde ese momento ha permanecido en dicho lugar, a salvo de unos días en que el demandante tuvo que ausentarse para acudir a un concurso en Valencia y que fue llevado a casa del padre del demandante en El Algar, ante el temor de aquél de que pudiera ser sacado del centro sin haber abonado previamente el demandado el importe adeudado". Lo único seguro es que no abonó ni una sola cuota o mensualidad pactada como retribución".
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