El juicio contra Antonio 'El Gitano' por la muerte de su pareja a consecuencia de clavarle hasta en 68 ocasiones el cuchillo en enero de 2011 en Los Belones, que se celebra en la sección tercera de la Audiencia Provincial en la ciudad de Murcia, ha acogido las dos primeras sesiones con los testimonios del acusado y de siete testigos. Antonio proclama que se volvió "loco" al decirle la mujer que lo dejaba, mientras que vecinos y familiares aseguran que era una relación marcada por los celos y el miedo.

El 26 de enero de 2011, Leidiyeni fue encontrada muerta en el suelo por su hija, de nueve años de edad y que desde entonces está en tratamiento psicológico. El autor de ese crimen era Antonio F. E., vecino de La Unión y de etnia gitana, quien ahora se enfrenta a un jurado popular, solicitando la acusación particular que sea enviado a la cárcel durante un cuarto de siglo, mientras que la Fiscalía reduce la petición a 19 años. Por su parte, la defensa, que lleva el unionense Juan Francisco Pérez Avilés, pide ocho años de prisión, alegando que sufrió celopatía y arrebato, además de apuntar que se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de la ciudad minera dos días más tarde porque estaba esperando que su letrado regresase de un viaje.

Para la acusación, es un claro asesinato, dentro de una relación marcada desde el principio por los celos, la dominación y la imposición de la voluntad del hombre sobre la mujer, que no la dejaba ni ponerse maquillaje, además de maltratarla frecuentemente de forma verbal. "No dejaba que se relacionase con otras personas y por eso la llevaba y recogía del lugar de trabajo", apuntó ayer uno de los siete testigos que declararon en la segunda jornada de la vista oral.

El deseo de la mujer de acabar con esa relación fue el detonante, según la acusación y varios testigos: "No aceptaba que lo dejara". Ella, al parecer, incluso efectuó un viaje a Noruega para buscar trabajo y matricular en el colegio a su hija para alejarse de la persona que más temía. Regresó a Los Belones, donde estaba el domicilio de la pareja, el día 22 de enero y cuatro más tarde tuvo lugar la tragedia. "¡Socorro, me vas a matar!", fueron los gritos que, según la Fiscalía, pronunció entonces la víctima y que se pudieron escuchar desde el exterior de la vivienda.

Otro dato muy llamativo fueron las 68 puñaladas que Antonio ensartó a Leidiyeni. Tuvieron como destino la cara (2), cuello (7), pecho (10), pezón (1), tórax (11), externón (3), abdomen (5), costado (3), estómago (1), genitales (3), brazos (8), dedo (1) y espalda (2). 48 de ellas fueron en vida de la mujer, llegando 4 a penetrar en los pulmones, otra atravesó el corazón y otras dos alcanzaron hígado y útero.

'El Gitano' o 'El Barranquero', apodos que se le adjudican, "me volví loco, estaba como embrujado, pero no soy un asesino", declaró el martes el acusado, quien achaca su reacción a un fuerte ataque de celos, aunque también dijo que sabía y consentía que la mujer mantenía una relación con otro hombre en Madrid.

La acusación hace hincapié en que, tras el salvaje ataque, Antonio se lavó las manos, se cambió de ropa y salió a la calle, saludando a una vecina y comprando dos cupones. Esto último lo niega la defensa. "Ya la he matado, ahora sí vais a correr toda la familia", fue la frase que el marido de una prima afirmó en la sesión de este miércoles que Antonio le dijo por teléfono, minutos después del crimen.

Hoy, jueves, el tercer capítulo de la vista judicial.