Amigos y familiares de un acusado se concentraron ayer mañana en la puerta del Palacio de Justicia de Cartagena mientras se celebraba la vista oral en el juzgado de Lo Penal número 3 de Cartagena, donde le piden cinco años de cárcel por robo con violencia en casa habitada. También llevaron numerosas firmas para avalar la buena conducta del imputado.

Mes de julio. Dos ladrones entran en una vivienda de un edificio situado en el paseo de Alfonso XIII de Cartagena. Cuando se disponían a salir se encuentran con los residentes (un matrimonio y un hijo). En su huída, empujan a la mujer, que cae al suelo, y se cruzan con una trabajadora que está limpiando la escalera. Entonces, comienzan las indagaciones parea localizar a los autores. Mirando las fotografías de personas con antecedentes, los cuatro señalan a uno que hace una década fue acusado de quedarse con el dinero que estaba en un cajero automático (las cámaras le grabaron) y que después devolvió. No le supuso pena alguna, pero ya quedó fichado. Hace dos semanas, ya en septiembre, un joven era arrestado por este asunto. Las cuatro personas del edificio se reafirman, incluso en ruedas de reconocimiento, que fue una de las dos personas que robaron en dicha vivienda.

En el otro lado, en el del acusado, la situación es bien diferente, pues se proclama incredulidad en todo este asunto dada la buena trayectoria de este joven. "Quien le conoce sabe que no ha podido hacer", dicen. Han recogido muchas firmas de personas en hojas que ayer entregaron y en el que indican que conocen a este joven "desde hace tiempo y dan fe de que se trata de una persona con un comportamiento ejemplar y que nunca ha protagonizado incidente alguno". Ayer se concentraron toda la mañana ante la fachada del Palacio de Justicia, mostrando una actitud pacífica en todo momento, que hizo innecesario el dispositivo policial que se había fijado.

Otra escena se situaba ayer mañana en la primera planta, en el juzgado de Lo Penal número 3 de Cartagena, donde el fiscal y la abogada Carmen Barceló defendían dos posturas bien encontradas. El primero solicita cinco años de prisión para el acusado en base a la identificación que han hecho las víctimas del robo, además de reclamarle la responsabilidad civil por los objetos sustraídos y la agresión a la propietaria.

La letrada Carmen Barceló, por su parte, considera que las firmas respaldan que en absoluto es una persona conflictiva. "Debe ser un error de identificación, pues tampoco hay huellas de mi cliente en la casa, ni se ha localizado al otro ladrón ni los objetos sustraídos", dijo, además de presentar como testigos a seis personas que daban fe de que esa mañana estaba trabajando en el mercadillo de La Unión. "La mayoría de las sentencias erróneas (53,2%) se producen por identificaciones equivocadas como única prueba de cargo", apostilló la letrada.

La causa ha quedado vista para sentencia.