Rogelio Abad ensalza en este artículo "la eficiencia de la Guardia Civil y la gran labor que llevan a cabo" tras experimentar, en primera persona, su forma de actuar, después de sufrir un atraco.

"El título de esta comunicación lo he sacado de su himno, que año tras año, en la parroquia de San Fulgencio, el día 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, patrona de la Benemérita, me honro acompañar cantando su himno. En plena calícula del mes de agosto, todavía faltan unas fechas para este gran día.

veces vemos a la Guardia  Civil como un instituto de represión, vamos permítaseme la licencia 'los niños malos de la película', cuando los de tráfico nos sancionan y con ello perdemos tres puntos, o a través del alcoholímetro se detecta la ingestión de bebidas alcohólicas u otro tipo de sustancias.

Por los medios que disponen actualmente, están en el mar tierra y la montaña. Esto, a las personas que no tenemos nada que ocultar, nos da una seguridad plena en nuestra vida cotidiana; saber que hay un organismo que está atento y vigilante en la parcela que tienen confiada, y en este sentido, me voy a manifestar mostrando mi gratitud una vez mas.

El pasado día 13, saliendo de la gasolinera de La Aparecida y en el Camino Romano, que hay que pasar para llegar a nuestra casa, fui victima de un atraco de un magrebí que paró a mi altura con una supuesta pregunta, como quiera que iba desnudo de cintura para arriba, me dio un tirón llevándose una cadena y una medalla, recuerdo de mi difunta madre, que llevaba desde el año 1981.

Acudí a la gasolinera Roymaga y, por suerte, sus empleados tenían la  matrícula del vehículo, pues esta persona les había había dejado 5 euros de deuda al repostar carburante

Con ese dato acudí a la Comandancia de Puesto de la Guardia Civil de Cartagena. Cuando le informé al agente de puerta, me pidió si tenía el número de matricula, el cual le facilité. Aacto seguido empezó a actuar, al mismo tiempo que me invitaba a pasar a la sala de espera, pues delante de mi había dos personas. Cuando me tocó el turno, el agente instructor  ya disponía de todos los datos necesarios para  recibir mi denuncia.

El referido agente (1 guardia), tras referirle los hechos, este hombre me  dio una pormenorizada explicación de todo lo concerniente, e inclusive me asesoró sobre unos puntos que desconocía, lo cual le agradecí, pues normalmente no solemos encontrarnos con personas tan preparadas. Acto seguido me condujo ante la Policía Judicial para practicar un reconocimiento fotográfico, que resulto negativo, siendo tratado con la misma exquisitez.

El sábado día 16 fui requerido por la Comandancia de Puesto para una identificación fotográfica que esta vez fue positiva. El agente que me  recibió, con toda cortesía, me explicó como iba este asunto. Y he aquí que pude comprobar la eficiencia del cuerpo y, en este caso, sus miembros, lo cual fue emocionante y me llenó de alegría dentro de la desgracia.

El domingo día 19 recibí una llamada, que era para indicarme que el lunes día 20, a las 10 horas, su señoría había fijado la vista. Acudí a reafirmarme en la denuncia del día 13, ante el juez en presencia del abogado del referido magrebí, efectuada ésta, me aconsejaron que me marchase pues mi misión estaba concluida.

Esta relación de los hechos que me ocurrieron es para dar a conocer a la opinión pública la gran labor que lleva a cabo la Guardia Civil con su forma de actuar. No quisiera cerrar esta comunicación sin dar las gracias a los agentes que me atendieron. Al propio tiempo, he decir que he puesto un escrito en este sentido al capitán`jefe de la 5ª Compañía de guarnición en Cartagena para su conocimiento y efecto".