El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo se ha pronunciado hoy sobre la demanda contra una discoteca de Cabo de Palos que presentó Diego Martínez, un vecino a quien ha dado la razón el tribunal, que obliga al ayuntamiento de Cartagena a adoptar medidas que protejan a esta persona de una contaminación acústica excesiva y condena al Estado español a pagarle 15.000 euros por los gastos del procedimiento judicial, que se inició hace una década y que ha llevado el abogado José Luis Mazón.
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La denuncia por el ruido de una discoteca de Cabo de Palos llega a Estrasburgo
La queja de esta familia, que reside en Cabo de Palos, surge en el año 2000 contra la terraza de una discoteca en dicha zona, a unos diez metros de la vivienda. El demandante alegó que el exceso de ruido provocaba que su hija, menor de edad, sufriese ansiedad e insomnio y que todos los miembros de la familia estuviesen en tratamiento médico.
El local contaba con la licencia del ayuntamiento de Cartagena, pese a los informes desfavorables por el exceso de decibelios de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma y el Seprona. El ciudadano recurrió, con informes médicos, a los tribunales de Justicia, consiguiendo una sentencia favorable del juzgado de Lo Contencioso-Administrativo número 1 de Cartagena, cuyo titular era el recordado Eduardo Sansano, fallecido hace unos años. Sin embargo, las instancias superiores revocaron ese fallo y avalaron el cumplimiento de la normativa municipal, pero no el daño que les provocaba. Incluso, la sala de Lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia avaló la legalidad de la terraza y el Tribunal Constitucional rechazó su recurso alegando que carecía de contenido, pero siguió adelante y en enero de 2010 alcanzó el Tribunal Europeo, que ahora se ha pronunciado.
La Corte de Estrasburgo considera que se ha violado el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y reprocha al ayuntamiento de Cartagena y al TSJRM que ignorasen los informes técnicos sobre los decibelios alcanzado por el ruido.
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