Federico Trillo, en la última lección de la clausura de la Escuela de Prácticas Jurídicas, expuso la mala situación de la Justicia en España, para la que considera fundamental aumentar la inversión económica de forma muy importante (unos 300 millones de euros al año) y una mejor gestión y racionalidad del gasto. Expuso que cada año casi se generan diez millones de nuevos asuntos en los tribunales (ahí España es líder continental), mientras que el número de jueces sigue siendo de los más bajos del continente europeo. Trillo también pidió disculpas por llegar con retraso a esta cita, motivado por el retraso en la salida del vuelo desde Madrid. "Si me hubieran dejado salir me vengo andando", dijo en un simpático relato de esa anécdota.

Licenciado en Derecho por Salamanca, letrado mayor en excedente y abogado en ejercicio fueron algunas de las reseñas que Miguel Fernández vertió para presentar al cartagenero Federico Trillo-Figueroa antes de iniciar su lección, además de desvelar que el libro de la Constitución de 1978 sobre el que juran los nuevos abogados fue un regalo del ex ministro.

Después, Trillo comenzó pidiendo disculpas por el retraso de media hora en el inicio del acto, explicando que se debió al retraso de dos horas de la salida del vuelo de Iberia desde Madrid. "Hora y media fue por el adverso clima y otra media hora porque faltaba un pasajero, primero, y porque sobraba otro, después... Vamos, que si me hubiesen dejado salir, me vengo andando". Esta 'aventura' sirvió para romper el hielo con humor a su oratorio y enlazar con lo que iba a ofrecer. "Me he dado cuenta que otros servicios públicos funcionan peor que la Justicia en este país".

Las cifras fueron pilares de su lección, en los que "son datos inevitables y feacientes" los informes del CIS y los barómetros. "El 71% de la opinión pública considera que la administración de Justicia funciona poco o nada; es decir, los españoles suspenden el estado de la Justicia", la cual no tiene "la rapidez y eficacia" por la que abogaba la Constitución de 1978. La cuestión, entonces, que abordó fue explicar, según su punto de vista, por qué los ciudadanos no están conforme, "cuando el 64% considera que, con todos sus defectos, es el último recuso del estado de las libertades".

"Cuando se habla de lentitud e ineficacia es bueno ponerle nombre, y más cuando se quieren buscar soluciones", dijo, antes de apuntar que desde el actual Gobierno Central "se habla de modenrización como panacea, ¿qué hay de verdad en esto?".

Antes de seguir expuso que España es el país con más alta tasas de litigiosidad de Europa (205 asuntos por cada mil habitantes), que en un año se registraron 9,46 millones de nuevos asuntos, de los que 6,5 millones son asuntos penales. "Si tenemos en cuenta que hay 4.836 jueces, es evidente que la situación es desproporcionada... y se convierte en dramática si se añaden las ejecuciones, pues hay 2,27 millones de sentencias sin ejecutar". También apuntó que la Agencia Tributaria está persona en doce mil procedimientos concursales con un montante económico de 4.000 millones de euros.  "¿Quiénes son los responsables?, pues ni los jueces, ni los abogados, ni la gente".

Recursos económicos y gestión son para Trillo las partes fundamentales para tener un buen sistema judicial. "El Estado gasta en Justicia sólo 0,5 euros de cada 100 euros de su presupuesto" y no dudó en imputar el motivo de esa "distancia" a los gobiernos del Estado "de los dos grandes partidos y a los de las comunidades autónomas, pues España es uno de los países de la Unión Europea con menor inversión por habitante, vamos, creo que por debajo está Bosnia y poco más".

En el año 2002 se calculó que la Justicia en España necesita un incremento anual de 300 millones de euros, "pero ni se hizo entonces ni se hace ahora". También expresó un deseo: "Ojalá el Partido Popular se hiciera cargo de ese compromiso, pero no puedo prometer nada con la crisis actual". Continuó apuntando que, mientras que en otros países hay entre 17y 19 jueces por cada cien mil habitantes, en España la cifra baja al 10,05. "La situación está muy mal". Después, se adentró en la otra parcela crucial en este tema, "el problema que existe de racionalidad en el gasto".