El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, Juan Martínez Moya, destacó el volumen de trabajo que soporta San Javier y su esperanza de que pronto cuente con una plaza de magistrado, exponiendo que esa circunstancia propiciaría "estabilidad en las plantillas judiciales y la creación de un destacamento de la Fiscalía", y es la antesala para conseguir "la separación de los asuntos civil y penal en los juzgados, pues llevar ambos de forma conjunta con esos volúmenes de trabajo es casi pedir una heroicidad".


El presidente del TSJRM ha iniciado su alocución en San Javier recordando que este Partido Judicial tenía sólo un juzgado en 1988, cuatro en 2004 y ahora ya acoge a siete, "pero ahora es el único Partido Judicial en España con siete unidades judiciales que no tiene la categoría de segunda de Magistrado para jueces y secretarios, pese a que cuadriplica el volumen de trabajo que el resto porque soporta casi cuatro veces más de trabajo que la media nacional". A continuación indicó que esos datos también reflejan "el potencial económico de la zona y evidencia que se trata de una sociedad muy viva, que ha notado el impacto de la crisis".

Después expresó que no quieren que en San Javier "exista la palabra colapso, pese a que sabemos de que soporta una carga desproporcionada, pero tenemos a que el atasco se reduzca y el servicio público de la Justicia llegue bien a los ciudadanos, para lo que se precisa el esfuerzo de todos y su vocación de servicio".

Sobre la plaza de magistrado que necesita este Partido Judicial, apuntó que la Sala de Gobierno del TSJRM "hizo los deberes y después el Consejo General del Poder Judicial informó de forma favorable, pero es una decisión compleja y costosa, más en esta época, pero estamos esperanzados en que sea una realidad pronto".

¿Qué supondría contar con esa plaza de magistrado?. La pregunta la respondió Martínez Moya diciendo: "Primero, supone estabilidad en las plantillas judiciales. Segundo, la creación de un destacamento de Fiscalía. Y, en el futuro, la separación de los asuntos civil y penal en los juzgados, pues llevar ambos de forma conjunta con esos volúmenes de trabajo es casi pedir una heroicidad".