Permítanme iniciar esta denuncia urbanística sobre la Avenida Víctor Beltrí parafraseando a la Biblia, con permiso de los creyentes.

Es posible que algunos no la conozcáis, pero está recién inaugurada y resulta muy beneficiosa para el tráfico ya que facilita la entrada y salida del centro de la ciudad hacia la zona norte.

Dado la proximidad de la misma a núcleos urbanos como el Ensanche-Almarjal, las barriadas Virgen de la Caridad, José María de Lapuerta y San Félix, sus aceras se utilizan también por muchos vecinos como ruta para andar y hacer ejercicio.

Ahí radica el problema ya que existe un tramo por el que únicamente pueden transitar los vecinos que miden 1,40 metros. El resto se ven obligados  a ir salteando las señales de tráfico verticales.

La avenida es  preciosa pero, como todas las infraestructuras, se ha construido pensando sólo en los coches por lo que las farolas están en medio de las aceras, al igual que las señales verticales. Un desastre para los vecinos que quieren disfrutar de este espacio por el que no se puede pasear. Una vez más nos ignoran.

Invito a los los responsables que se den una vuelta para allí y comprueben lo que les digo. Al menos, suban las señales de tráfico.

En los barrios seguimos insistiendo en la igualdad de condiciones, ya no entre nosotros mismos, sino también con respecto a los vecinos del llamado centro urbano.

Existen quejas por el cierre de comercios debido a la falta de consumidores a pesar de que se han hecho calles peatonales para dar más fluidez al paso de los vecinos.

Pero, ¿quién hace la distribución de los espacios y parcelas públicas para hacer más transitables las zonas existentes y las nuevas áreas urbanizables recogidas en el Plan General de Ordenación Urbana?

¿Cómo es posible que unos vecinos tengan mejores servicios que otros? Y no es mi intención enfrentarnos entre nosotros, ni mucho menos. Pero como ejemplo valga el del mantenimiento de las señales horizontales. Pasan los meses y los años sin que se acuerden de algunos barrios que rodean el llamado centro urbano, mientras que otras calles como la avenida Ronda de la Unión o la calle Cabrera tienen su mantenimiento anual.

Observamos como adecentan sus viales y, como si de muros de separacion se tratasen (que me da pena incluso nombrarlos de esta forma), los tratan de diferentes forma a nuestras calles. Parece que tienen miendo de entrara en nuestro barrio. Vemos como pintan, arreglan y cuidan estos viales, y a nosotros, nada.

No es cuestión de indagar por qué tú si y yo no. Simplemente lanzo una pregunta: ¿No pueden mantener las infraestructuras en los barrios? Si la respuesta es negativa, no creen barrios que después no pueden cuidar.