Miércoles, Julio 03, 2024
   
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'Trece años de mentiras municipales'

Les da exactamente igual que los terrenos de la antigua fábrica de Potasas y Derivados, estén o no contaminados; tengan o no tengan fosfoyesos cancerígenos,  malvados para la salud, metales pesados, o los niveles freáticos aptos para ser embotellados y venderlos como venenos fulminantes; les da exactamente igual.

Ellos, nuestros mandamases municipales, por boca del concejal de urbanismo y “demás ismos”, en reunión mantenida hace unos días en su despacho con una representación vecinal, después de meses de solicitarla, considera que lo más importante es que las cosas sigan como van, que van muy bien, y nadie, y menos los vecinos, pueden ni intentar variar una voluntad decidida que está por encima de cualquier consideración que no sea el derecho de los propietarios (exactamente son 22 los bancos del mundo entero y 23 las cajas de ahorro, de España entera, con hipotecas en la zona de Potasas y Derivados) en edificar sobre terrenos que se descontaminaran cuando le de la gana al Instituto Nacional de Radioactividad, que lleva años y años sin emitir informe al respecto, porque, probablemente, el Instituto entiende que “el marrón” se lo deben de comer aquellos incompetentes que a sabiendas de que eran terrenos, los de Potasas y Derivados, empapados de sustancias muy peligrosas y no aptas para la edificación, alegremente y basados en su poder local, no se han cansado durante más de una docena de años en anunciar a bombo y platillo que allí van a hacer cinco o seis mil casas, y con los metales pesados, los aceites minerales, los fosfoyesos y las aguas freáticas contaminadas, arrope y calabazate.

Para el ayuntamiento cartagenero todo sigue igual que hace trece años. El hecho de que los suelos sigan contaminados sin un calendario de descontaminación después que la fábrica cerrara en el 2001, no les preocupa. Ellos, desde el ayuntamiento, al objeto de que las operaciones mercantiles bancarias, que pasan desde el Morgan Stanley Bank hasta el Banco Malo, en la compaña de otros  veinte bancos más, y desde la Caja de Ahorros del Mediterráneo, a Caja de Ahorros y Monte de Piedad del Circulo Católico de Obreros de Burgos y otras veintidós cajas de ahorros más,  no sufrieran con palabrotas feas como suelos contaminados inscritos en el registro de la propiedad como ordena la ley, han utilizado con un aparente criterio de eternidad la jugada legal de decir que “ellos” los propietarios de los suelos, ¿Quién o quiénes son los dueños de los suelos por fuera de lo que existe en el Registro de la Propiedad? han presentado un proyecto voluntario de descontaminación, que, viejo, fané y descangallado, descansa en alguna mesa funcionarial su treta de darle tiempo al tiempo, mientras pasan meses y sueldos, se activan y desactivan hipotecas, se sirve al señor banquero de fuera, y a los vecinos cartageneros se les cantan milongas camperas de que doctos mandamases munícipes, expertos en contaminación (nunca mejor dicho) garantizan con su ciencia de boca, en contra de lo que dicen los peritos en sus informes escritos basados en muestras sacadas y ensayadas sobre los terrenos en cuestión, que los terrenos de la antigua fábrica de Potasas y Derivados están limpios porque no tienen el adjetivo calificativo de suelos  contaminados; que sí lo tienen y están catalogados como tal, es decir como suelos contaminados, según escrito del señor

Consejero don Antonio Cerdá, de fecha 24 de junio de 2014 al señor presidente de la Asamblea Regional, los de la antigua Peñarroya en Santa Lucia, o los de Zincsa en la Torreciega. Pero eso son otros asuntos que tampoco corre prisa alguna sobre ellos, y porque necesitaremos otros trece años más, para que se comience a hablar de ellos.

 

Desde la Asociación de Vecinos estamos perdidos respecto de un principio madre de todo proceso descontaminador, que establece que todo aquel que contamina paga, y que sepamos hasta el día de hoy, no tenemos noticia de que el Excmo. Ayuntamiento de Cartagena, o la Comunidad Autónoma fueran en su día fabricantes y dueños de Potasas y Derivados, por tanto los contaminadores.

 

Recordando a Juan Montiel Barrancos

El próximo día 27 se cumple un año de tu fallecimiento y parece que fue ayer cuando nos dejaste para marchar junto a tu hija María José hacia la casa del 'padre eterno'.

Viene a mi memoria mi ingreso en el cuerpo de Tropas de Socorro de la Cruz Roja, un año después que mandases el piquete en la procesión marraja del Encuentro, cuando nuestro teniente-coronel Juan Cadenas Usea nos asignó a cargo del teniente Montiel y el teniente Nieto a los dos aspirantes Luis Peralta Catalá y el que esto dice. Cuando el jefe, como le llamábamos los oficiales, se refirió a tu persona, como un hombre de empresa y en función de la actividad de ella tenías que ser muy enérgico y por supuesto acostumbrado a organizar y a dirigir, a la vez que nos indicaba que eras  amante de la filatelia y de las colecciones. En mi caso no me supuso trabajo adaptarme a tu persona y carácter, durante el periodo de prácticas, y eso se debía sencillamente a mi condición de  funcionario; y de todos es sabido que estamos hechos para adaptarnos a las circunstancias del momento.

Siguiendo la línea de recuerdos felices, los vividos contigo en los servicios y con Paco Montiel, sobre todo el día de nuestra Patrona, toda una institución, persona muy querida y respetada en nuestra patria chica y especialmente en 'La Isla', los desaparecidos Teatro Principal (con sus espectáculos y atracciones), El Copo Cartagena Parque (con sus veladas de lucha libre americana) y por no entrar a trapo con nuestra recordada plaza de toros.

Pero amigo Juan, estos son tiempos que no volverán, como los vividos en tu compañía en los puestos de socorro de San Ginés de la Jara y El Sabinar, que con pocos medios muchas canículas veraniegas con nuestra gorra ropa de campaña y correaje allí estábamos fieles a nuestra cita sin faltar domingo tras domingo. Pero ahí, amigo Juan, teníamos ese motor impulsor que era nuestro amor por la Cruz Roja, donde estuviste dedicado en cuerpo y alma, lo que te llevó a la concesión de nuestra máxima distinción, la Medalla de Oro, que te fue impuesta en nuestro Palacio Municipal, y luego, con el devenir de los tiempos, llegaste a ser presidente de nuestra asamblea local. No me queda que desearte que goces de un buen lugar que bien  tienes merecido en la 'patria celestial'.

 

* Oficial II (Teniente) en el desaparecido Cuerpo de Socorro de la Cruz Roja Española

 

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