Miércoles, Julio 03, 2024
   
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Segunda carta del Foro Taurino a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

En el 2011, año de las elecciones autonómicas anteriores, os pedimos con fervor y devoción desde este humilde colectivo del Foro Cultural Taurino de Cartagena que intercedierais ante Pilar Barreiro (alcaldesa de todos los cartageneros), invitándola a reflexionar sobre el proyecto de la plaza multiusos para nuestra ciudad, dado que ya teníamos los terrenos y el inversor dispuesto a desembarcar en Cartagena, a la que se dotaría de este edificio donde se puedan dar espectáculos de todo tipo, con capacidad para entre doce y quince mil espectadores, a coste cero, creando casi cien puestos de trabajo y con cubierta móvil para asegurar todo tipo de eventos.

Queridos Reyes, han pasado 2011, 2012, 2013 y 2014. No sé si Cartagena está en sus mapas o es que Pilar Barreiro, como nos sucede al empresario interesado en apostar por Cartagena y a nosotros, tampoco les quiere recibir a ustedes. La verdad es que 20 años le dan un poder que debe estar por encima del que gozan sus majestades. En el Foro Taurino trabajamos sin el apoyo institucional y sin subvención alguna por y para Cartagena en este proyecto, en el que según todos los estudios realizados se favorecería la generación de riqueza para todos los sectores empresariales y comerciales de la trimilenaria, tenemos lo que les debe faltar a otros: primero que creemos en el futuro de CT; segundo que tenemos la empresa de toda solvencia que apuesta por el proyecto; tercero que no estamos sujetos a la disciplina de ningún partido; cuarto que somos nosotros junto con otros vecinos quienes ponemos y quitamos a los que gestionan nuestros destinos; quinto, como se dice en cartagenero, que somos ‘muy cabesones’ cuando creemos que debemos luchar por y para el progreso y futuro de nuestra ciudad; y sexto, que tenemos derecho a que se nos atienda  para reivindicar lo que es justo para Cartagena y beneficioso para la ciudad y no ante el hermetismo y la obcecación de quien actúa de espaldas a la ciudad sin importarle las consecuencias que pueda tener para el desarrollo de CT, pero sí que se actúa con celeridad para beneficiar a ciertas empresas que ya son como una ‘garrapata’ a cuantos proyectos se den en la ciudad departamental.

Es por esto, mis queridos Reyes Magos, que este año tan importante les pedimos, a ser posible, si pudieran traer a nuestro Ayuntamiento algo de sentido común, un mínimo de respeto a los cartagenero y un poquito de cariño por esta ciudad que les ha dado la nada despreciable responsabilidad de gobernar durante veinte interminables años.

 

Orígenes de los villancicos

El primer villancico que se tiene noticia siendo uno de los más antiguos qué es el ‘Veni redentor gens’, un himno atribuido a San Ambrosio de Milán (340-397). Pero en su forma musical y poética muy popular entre los siglos XV-XVII.

Los villancicos eran originalmente canciones profanas cantadas por los villanos (habitantes de las villas) campesinos y gente del mundo rural, y su temática no era religiosa. Se cantaban en las fiestas populares y servían para recordar acontecimientos y  sucesos locales por supuesto tenían un carácter irónico y picaresco  tal como sucede hoy  en el carnaval, con las coplas y chirigotas.

Como la música y la letra eran muy sencillas y fáciles de aprender y de interpretar, la Iglesia  en el siglo XVI, creyó conveniente introducir en la liturgia este tipo de canciones en castellano como una forma de acercar al pueblo el mensaje del Evangelio y los misterios de la fe, es decir con una finalidad didáctica y catequética.

Los temas pasan de profanos a religiosos y se empiezan a utilizar en las principales del calendario litúrgico, como el Corpus Christi, Navidad, Asunción, la Trinidad, y en  festividades de los santos  patronos locales.

Los villancicos servían para hacer los tradicionales relatos de la Navidad y otros temas bíblicos, acompañaban a las representaciones alegóricas en los atrios de las  iglesias y fueron escritos por poetas populares y por autores clásicos como Juan de Encina Lope de Vega, Santa Teresa de Jesús y Miguel de Cervantes, que en su obra la gitanilla, hace que la protagonista cante y baile un villancico con castañuelas ante la imagen de Santa Ana.

En cuanto a la música hay un cambio importante en el siglo XVIII bajo la influencia de Italia. De una música sencilla y popular se pasa a la música considerada lásica, la polifonía y los villancicos serán interpretados por orquestas y las capillas de músicas catedralicias. Compositores de este estilo fueron el padre Antonio Soler, José de Torres, Francisco Guerrero y Juan Gutiérrez de Padilla. Con el paso del tiempo y las influencias foráneas y la introducción de elementos teatrales poco aconsejables, provocaron la desaparición del villancico en la liturgia y se sustituyo, a finales del siglo XIX por la tradicional música gregoriana. Pero los villancicos seguían resonando en las celebraciones familiares y populares, ya fuera de las iglesias. Y sobre todo en la Navidad, el tema favorecía las letras sencillas y la música pegadiza.

Y así nos ha llegado hasta hoy la tradición musical y poética del villancico que tanto  nos alegra en las celebraciones de estas fiestas. De esta manera tan sencilla  se resume la escena del Nacimiento el villancico de ‘La marimorena’, ‘En el portal de Belén’, ‘El tamborilero’ y un sinfín más que conforman el bello cuadro de la Navidad por excelencia.

 

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