Jueves, Marzo 28, 2024
   
Texto


Umbral de pura emoción

En el balcón del instante presente,

apoyado en balaustradas tintadas de pasados,

vuelan buscando su nido, que yo las veo,

promesas de amor regaladas a una mirada.

A su paso las ternuras se recuerdan

y los besos regresan con sabor a miel;

los abrazos que se dieron se vuelven a sentir,

y aquellos que se perdieron ya dejaron de existir.

Son momentos sin preguntas ni reproches,

momentos para mirar y vivir,

para abrazar a la vida y sentirla tuya y sentirte ella,

para llorar de emoción y compartir esa lágrima;

momentos para cerrar los ojos y tocar el azul

del cielo que me ampara todavía.

Sereno en este balcón del instante presente,

dejo que los aromas a lavandas, sándalos y mimosas,

me lleven, mecido y embrujado,

a descubrir los ocasos que confundido me perdí.

En este balcón de vida

donde la paz se viste de luz

y agita los remansos vestidos de color,

la voz, cansada ya de tanto hablar, calla

y deja al silencio como lienzo de vida,

para que dibuje en él con una mirada perdida,

hija del corazón que ama y se entrega,

una palabra soñada, otra promesa de amor,

otro instante dibujado con sabor a verdad,

en este mágico umbral de pura emoción.

(jpellicer)

 

Melodía inacabada

¿Que quedó de los días con aromas a tierra mojada,
donde las piedras se adornaban de irisados colores
para saludar la alegre y fascinada mirada?
¿Dónde los trinos llevaron su alegría?
¿A qué campos guiaban los caminos
que segados y apacibles soñados de trigales
esperaban otras llegadas?
¿Dónde se esconde la gota de la escarcha,
dejada bajo la Luna en su noche estrellada?
¿Donde el calor de la mañana,
y el silencio crepuscular de las tardes de mayo
perdido entre naranjos y azahares?
¿Dónde todo lo que fue?
¿Dónde buscar el beso que regalé,
o aquél que entre bullicios y promesas
de mis labios sin pudor abandoné?
Dime donde fue quedando lo que fuimos,
por donde ocultando todo lo que soñamos;
donde fue llegando todo el amor
que del corazón fuimos regalando.
La vida que fue,
la soñada, la luchada, la ganada,
aquella que marchó
y que nadie supo decirme si con ella me perdí,
o con ella para siempre quedé
como nota perdida de una triste melodía inacabada.

(jpellicer)

 

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