Unas trescientas personas se han concentrado esta tarde junto al Monte Sacro para protestar por el daño que está sufriendo el patrimonio histórico de esa zona con las obras que se están acometiendo y han simbolizado esa protesta con gasas, algodones y esparadrapos en sus frentes, "porque nos sentimos heridos", expresaron. Apuntar que este asunto ya ha generado dos denuncias ante la Fiscalía.

La cita esta vez multiplicó la presencia de pancartas y de ciudadanos, entre los que figuraban representantes de todos los partidos de la oposición y de otros colectivos. El profesor Javier García del Toro fue el que se dirigió a los asistentes para expresar el sentimiento de los presentes de salvaguardar la riqueza arqueológica de esta zona.

Premio Catón para el concejal y 'garum' para todos

Después mostró una retroexcavadora de juguete que representa el Premio Catón que los vecinos conceden al concejal de Urbanismo por la destrucción que está efectuando en "Carthago Nova". 
El siguiente capítulo fue ofrecer una merienda del legendario 'garum' a los asistentes, que él mismo ha elaborado, "para estar fuertes en esta lucha y entonar el amor cartagenerista arqueológico".

El próximo viernes, el 'corro manolo'

El profesor y el representante de los vecinos de la zona emplazaron a los asistentes a concentrarse nuevamente el próximo viernes, también a las cuatro y media de la tarde, y entonces "haremos un gran corro manolo y buscaremos la música de canciones como 'No nos moverán' para seguir en esta reclamación", apuntó.

Presencia policial

Las palabras del profesor apenas podían escucharse por el ruído de las máquinas, por lo que un grupo, en un momento determinado, decidió subir la rampa de tierra y llevar la protesta delante de las retroexcavadoras. Los trabajadores pararon su actividad ante la presencia de los vecinos y acudieron cuatro vehículos de la Policía Nacional, disolviéndose esa segunda concentración. La Policía recriminó de forma verbal la acción a los responsables y estos indicaron que no había cartel alguno que prohibiese el acceso.

La asistencia de vecinos multiplicó en seis la cifrada una semana antes, pero aún se reclama más apoyo popular. "Este tema en otros lugares de España sacarían a la calle a toda una ciudad", decía uno de los asistentes, mientras que otros resaltaban la cifra generada teniendo en cuenta "de que en esta ciudad no es fácil movilizar a la gente".