Dos patrulleras se colocaron en los laterales del mercante, produciéndose una rápida invasión del mismo, reduciendo a los tripulantes. Después comenzó la búsqueda de la droga.

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En el curso de distintas investigaciones relacionadas con tráfico y contrabando de estupefacientes, se tuvo conocimiento de la adquisición en Rotterdam (Holanda) de un buque mercante por parte de una organización criminal que pretendía trasladar un importante alijo de estupefacientes por el Mar Mediterráneo.??Las actuaciones realizadas por Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y Policía Nacional, coordinadas por el Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado –CICO-, permitieron identificar el mercante y localizarlo a mediados del mes de agosto pasado en aguas próximas al Reino de Marruecos ("no podemos asegurar que procediera de dicho país, pero sí que se cargó en tierras africanas", explicaron). De las indagaciones y de las vigilancias policiales realizadas sobre la embarcación se pudo deducir que en esas fechas ya había recibido la carga de la droga prevista para su introducción en el continente europeo.??Tras obtener la autorización de las autoridades de Tanzania, país de bandera del mercante, y del juzgado que investiga la causa, el buque se abordó el pasado martes, a 13 millas náuticas al norte de la Isla de Alborán, con la participación de las tripulaciones de dos patrulleros de Aduanas de Andalucía y por funcionarios de UDYCO Central de la Policía.

Las dos patrulleras se situaron en los costados del buque, accediendo rápidamente y reduciendo a todos los que se iban encontrando.

Después comenzó la búsqueda de los funcionarios de Policía Nacional y de Vigilancia Aduanera que realizaron el abordaje, pero no hallaron drogas, aunque sí indicios que confirmaban las sospechas.

Entonces se decidió trasladar el barco al puerto de Escombreras de Cartagena, donde se llegó a cabo la entrada y registro de la embarcación en presencia de la preceptiva comisión judicial.??A última hora del pasado miércoles fueron localizados, ocultos bajo metros de cadenas en el depósito del ancla del buque, diez paquetes que contenían cerca de media tonelada de cocaína.

Cada uno de los fardos llevaba un chaleco salvavidas, cinta reflectante y estaban mojados, lo que indicaría que fueron fondeados por otro barco hasta su recogida por la embarcación interceptada.

Finalmente se extrajeron 400 paquetes, que se calcula que pesa media tonelada, pero está pendiente del pesado oficial y del examen de pureza.