Las asociaciones de víctimas por el robo de recién nacidos en las maternidades espanñolas abajo firmantes queremos mostrar nuestra repulsa ante el abuso que de nuestra causa se está haciendo por parte de algunos medios de comunicación.
Nos consideramos damnificados de personas y grupos que traficaron con seres humanos: nuestras historias, nuestra documentacio?n, los testigos, el elevadi?simo nu?mero de casos y, sobre todo, la verdad y la dignidad nos avalan. Por eso no estamos dispuestos a sentarnos a una mesa junto a botarates con ti?tulo, abogados de plato? o me?dicos de la mentira. ¿Se le pediri?a a las vi?ctimas de otros delitos que debatieran sobre si han existido esos delitos?
Somos plenamente conscientes de que sin los medios de comunicacio?n nuestra causa no habri?a salido del olvido. Los periodistas le han puesto altavoz a nuestra desgracia y ahora la sociedad espan?ola se interesa por nosotros y exige soluciones para nuestra cuestio?n. Nos han dejado pedir justicia y nos han ayudado a llegar con nuestros casos a todos los rincones del pai?s y tambie?n fuera de nuestras fronteras. Y por eso estamos muy agradecidos a la prensa.
Cuestio?n bien diferente es el dolor y el descre?dito que nos produce que para abrir debates acalorados o subir los i?ndices de audiencias, algunos medios de comunicacio?n permitan a personas completamente desinformadas o, lo que es peor, malintencionadas opinar, discutir e incluso mentir sobre nuestras propias desgracias. No podemos consentir este tipo de humillaciones. Quienes no conocen la historia deben estudiarla. La verdad, como saben muchos periodistas, no se encuentra fa?cilmente. Pero no se puede invitar a un plato? o a una entrevista sobre los nin?os robados a personas poco cualificadas o incluso relacionadas con nuestros verdugos o sus ideologi?as.
Las asociaciones abajo firmantes reclamamos de los medios de comunicacio?n, hasta ahora fieles compan?eros de viaje, un compromiso de responsabilidad, de lealtad mutua y de honestidad cuando se aborde nuestra causa y se desvelen nuestras vidas. Queremos saber, con la suficiente antelacio?n, quie?nes
acudira?n a un debate, a una entrevista, a una grabacio?n o a un programa. No podemos seguir contando nuestras desgraciadas historias para que personajes sin escru?pulos, sin los conocimientos necesarios y sin una mi?nima dosis de sensibilidad, las destrocen o las descalifiquen. Paloma Zorrilla o el doctor Gurrea son dos ejemplos.
Los que hemos sufrido tanto con la mentira, exigimos ser tratados, al menos ahora, con verdad y transparencia.
En el documento adjunto figuran los colectivos que suscriben este documento.
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