* La acusación particular considera que existió ensañamiento y que fue un intento de asesinato, mientras que la fiscal reclama ocho años al calificarlo como tentativa de homicidio

* “Si no llega a ser por los policías y los médicos, estaría muerto”, expresó la víctima, quien sufrió la amputación de una pierna y estuvo en coma

* “No me acuerdo de nada porque ese día me gasté los 426 euros de la prestación de desempleo en drogas y alcohol”, dijo el acusado

* La defensa pide la exhimente completa por lo que ingirió y problemas psíquicos

* El Servicio Murciano de Salud también se ha personado para reclamar los cerca de cincuenta y cinco mil euros de dinero público empleado en la curación de la persona atacada

Declaraciones del acusado:

Sucedió el 6 de diciembre de 2013 en las inmediaciones del Bar La Paz, en la calle Alfonso XIII de Cartagena. Un hombre apuñaló repetidas veces a otro, a quien no conocía y que salvó la vida gracias al torniquete que con el cinturón del uniforme le practicó un agente de la Policía Local. Fue trasladado al hospital, con mucha sangre perdida, habiendo estado en coma y donde le tuvieron que amputar una pierna. El agresor, por su parte, lleva en prisión desde entonces. Ayer, en la sala de vistas de la Audiencia, en Cartagena, volvieron a estar ambos cerca, pero separados por un biombo a petición de la víctima.

Las dudas sobre su olvido y las voces que escucha
El primero en declarar fue el acusado. Benito A.M. afirmó no recordar lo que sucedió. “Gasté los 426 euros del subsidio del desempleo y algo más de dinero que tenía en cocaína (ocho gramos que compré en Los Mateos), pastillas, porros y alcohol que consumí… no recuerdo nada, lo que sé es porque me lo contaron después”. El abogado de la acusación particular, José Manuel Navarro, le preguntó que cómo es que no recuerda el incidente y sí todo lo que hizo para adquirir la cocaína. “Es que cuando fui a comprar no estaba afectado y no perdí la cabeza hasta que consumí, pues empecé a hacerlo la misma mañana anterior, tras cobrar”, respondió. Después dijo que en aquellas fechas estaba en tomando tranquilizantes al estar en tratamiento psiquiátrico en un centro de salud mental y que desde los quince años empezó a beber alcohol y desde los veinte, drogas. Está diagnosticado de un trastorno de ideas delirantes, apuntó su abogada, Laura Pérez Torres. “A menudo escucho que me llaman o mi nombre, y luego veía que no había nadie. También he pensado en quitarme la vida”.

“Noté algo fuerte por detrás, salí corriendo y me desmayé”
La víctima dijo que no conocía al acusado. “En el bar La Paz invité a una pareja que no tenían para pagar y no me gustó como me miraba, por lo que me fui. Él vino detrás y yo sabía que iba a liarla, manteniendo una discusión porque yo no quería pagarle nada. Cuando yo ya me iba de la terraza con un amigo, noté un algo fuerte por detrás y lancé una botella que llevaba en la mano, que le di a un hombre (al quien pido disculpas). Me di cuentea que me había pinchado y me puso a correr para que no me apuñalara más hasta que me caí y ya no me recuerdo nada”, explicó en la sala. “Si no llega a ser por los policías y los médicos, estaría muerto”, expresó. No supo responder cuántas puñaladas notó, “porque al caer al suelo ya no recuerdo nada. Sé que una me causó la pérdida de una pierna (me la cortaron los médicos hasta en tres ocasiones), otra me dio en la mano (no tengo una movilidad completa) y otra estuvo cerca de hacerme perder la otra pierna”. Tiene concedida la gran invalidez por la Seguridad Social y tiene problemas psíquicos por lo que sufrió, “incluso siento dolores en la pierna perdida… Es muy difícil de explicar”.

Los testigos
La camarera del Bar La Paz confirmó que el acusado le cogió el cuchillo con el que estaba cortando el pan, por lo que avisó a uno de sus jefes, quien a su vez explicó que salió parea recrimilarle y pedirle el arma, “pero había dado la primera puñalada… después se alejó y volvió hacia él. Le dijo ¿quieres que te mate? y le dio más puñaladas, pero giré la cabeza, no quise verlas. Por lo que ví, quería acabar con la otra persona”, expuso. Ambos dijeron que vieron al agresor que iba mal. 

Un cliente que estaba tomando un café declaró que vio a las dos personas discutir y que el agresor entró en el bar y salió con algo en la mano, diciéndole a la otra persona que se levantara, “lo que hizo lanzándole la botella de cerveza que llevaba en la mano y que cayó en mi mesa. Luego le pinchó de carea y la víctima cayó entre dos coches”.

Declararon varios agentes de la Policía Local, entre los que estaban quien le practicó el salvador torniquete. Otro policía, que fue el primero en llegar con un compañero, afirmó que el acusado llevaba el cuchillo en la mano y no se resistió.

Conclusiones finales
La fiscal mantuvo la petición de 8 años de prisión por una tentativa de homicidio, más una orden de alejamiento de 500 metros hacia la víctima por un período de ocho años más a la condena que se le imponga. La responsabilidad civil se establecería en la sentencia.

José Manuel Navarro, como acusación particular, estima que fue tentativa de asesinato y cambió la solicitud de 14 años, 11 meses y 29 días de prisión por las de 18 años al considerar que existió alevosía y ensañamiento. Apuntó que la declaración de la víctima es muy coherente y que el acusado hizo uso de superioridad sobre un testigo abatido en el suelo.

Laura Pérez Torres, en lo que respecta a la defensa, solicitó la absolución del cliente aplicando la exhimente completa por el consumo de drogas y alcohol, junto a sus trastornos psíquicos. Como alternativa, pide dos años y medio de prisión. En su exposición hizo hincapié en que la víctima no fue atacada por la espalda y que se avisó de que el agresor iba hacia él armado.

También está personado el Servicio Murciano de Salud, que solcita los casi cincuenta y cinco mil euros de dinero público empleados en la curación de la víctima. 

El tribunal, presidido por el magistrado Matías Soria y que también integran José Francisco López y Rafael Ruiz, resolverá con su sentencia.