"He matado a Matías, dele el pésame a la familia, lo siento"

* Es parte del contenido del manuscrito que se le atribuye al acusado de matar a un hombre en Los Dolores y que, supuestamente, dejó en la puerta de la casa de un vecino

* El Jefe de Homicidios asegura que se trata de "una persona violentísima con muchos antecedentes"

* Uno de los testigos ha afirmado que solía ir en el autobús de línea simulando tocar una batería con un cuchillo

* La defensa hace hincapié en que el pobre alumbrado de la plaza Juan Calero no permitía ver con tanto detalle como aseguran los testigos y en que no reconocieron al acusado hasta ver la foto de su detención en la prensa

* Hoy concluye la vista oral y comenzará a deliberar el jurado


La segunda sesión del juicio contra Diego, como supuesto autor de la muerte de Matías en Los Dolores (Cartagena) en octubre de 2010, tuvo un especial protagonismo en la actuación de la Policía Nacional y las indagaciones que le llevaron a centrar todas sus sospechas en el imputado.

A preguntas de la fiscal Yolanda Cuadrado y de la abogada de la acusación particular, Carmen Barceló, el Jefe de Homicidios de la Policía Judicial ha explicado que, cuando les dijeron que la persona que había discutido con Matías regresó quince minutos más tarde con otras ropas, "ya sabíamos que no debía vivir muy lejos"

Respecto al folio manuscrito que se le atribuye al acusado, el policía ha explicado que se lo encontró una persona de origen marroquí al salir de su casa, a las seis de la mañana, para ir a trabajar al campo. "La abrió a la hora de comer, pero como no sabe bien el español fue por la noche cuando su hija se lo tradujo. Entonces llevaron al cata a los familiares de la víctima, quienes decidieron, de madrugada, ir a Comisaría".

También ha desvelado que decía ese texto: "He matado a Matías, dele el pésame a la familia, lo siento. No tengo el arma, me he desecho de ella y estoy escondido en una cueva de la Cortina".

Había pasado un mes desde el crimen, en el que se investigó a otros sospechosos ("buscamos en chabolas, casas abandonadas y entre vagabundos de la zona"), y los agentes se dirigieron a la playa cartagenera. "El sospechoso se había cortado el pelo de forma ridícula", apuntó el agente, para después explicar lo complicado que resultó arrestarlo, pues lanzó piedras contra los policías y los amenazó con un cuchillo. "Al pedir que se identificara y no tener documentación, le dijimos que se viniera a Comisaría. El aceptó de forma verbal, pero se agachó por su derecha y cogió el cuchillo, dirigiéndose hacia la cueva, donde no atendió nuestras peticiones ni los disparos de aviso".

El manuscrito llevaba unas llaves adheridas, "que resultaron ser las de su vivienda, donde encontramos el sombrero blanco que coincidía con el que llevaba el autor del asesinato". También ha dicho que en la sede judicial "los testigos señalaron de forma rapidísima al sospechoso", además de que coincidían las características físicas y un tatuaje que lleva en la mano.

Respecto a los antecedentes, aseguró que es una persona "de carácter violento, violentísimo, con antecedentes de maltrato, atentado contra agentes de la autoridad, amenazas y al que se le han impuesto órdenes de alejamiento".

El abogado de la defensa, Juan Baños, expuso que el pobre alumbrado público de la plaza Juan Calero no facilitaba ver tantos detalles. "No se podía leer un periódico, pero sí era factible ver si llevaba sombrero o su fisonomía", dijo el policía. El letrado también se refirió a que en un principio decían que el autor tenía el pelo claro "cuando resulta que mi cliente tieen el cabello negro azabache". Otro aspecto en el que se centró es que los testigos no identificaron al sospechoso hasta ver la foto de la detención en un periódico y que uno de ellos, según se refleja en los informes, dijo que le había ayudado a identificarlo esa circunstancia.

También expuso los resultados de ADN negativos en algunas pruebas, pero el magistrado le instó a que esas preguntas se las haga hoy a la policía científica.

La vista oral continuó con la declaración de un joven que observó la discusión que tuvo lugar quince minutos antes del crimen. "Matías le dijo que se fuera a beber a otro lado, entonces cogió la alfombra enrollada que llevaba y el sombrero de paja, marchándose". No estuvo presente en el asesinato, pero sí apuntó que la persona que está sentada en el banquillo de los acusados fue quien discutió con la víctima y a quien en algunas ocasiones vio en el autobús de línea "sentando con un machete dando golpes como si tocara la batería. "Esta persona llevaba poco tiempo en Los Dolores, pero no tengo dudas de que fue quien tuvo la discusión".

Hoy se celebra la tercera sesión en la sección quinta de la Audiencia Provincial, en Cartagena, que concluirá con el inicio de la deliberación del jurado, que integran seis hombres y tres mujeres.