* Fueron 16 las cuchilladas, de las que una atravesó un cinturón de cuero y otra llegó hasta el hueso, desvelaron los forenses en la última sesión del juicio

* Las imágenes demostraron que la mayoría de puñaladas tuvieron lugar dentro del local

* El estudio psicológico refleja que Antonio era consciente de que estaba apuñalando a Juan Francisco

* Los responsables del centro psiquiático, donde estuvo ingresado el acusado, indicaron que el consumo de drogas y alcohol "le convierten en una bomba explosiva"

* La familia de la víctima proclaman que no son ciertas "las barbaridades que Antonio ha dicho de Francisco"

"Las heridas que presentaba la víctima fueron realizadas con mucha fuerza". Es una de las conclusiones de las dos médico forenses que analizaron el cuerpo de Juan Francisco. Han desvelado, además, que presentaba 16 heridas (la Fiscalía, en un principio, las había cifrado en 13), dos de ellas de defensa y otras dos leves en la pierna; las demás, en órganos vitales (costado, pecho, espalda y corazón), lo que hizo que la víctima muriera a los pocos minutos. Una de esas heridas penetró por un cinturón de cuero que llevaba la víctima, otra cortó la yugular y otra llegó hasta el hueso hasta dejar una marca. La jornada contó, a su vez, con la declaración de Policías y con el visionado de la cámara de seguridad del bar y escuchas telefónicas.

El informe forense del cuerpo de la víctima y el estudio psicológico del acusado, Antonio M., no dejan lugar a dudas de que era totalmente consciente de que estaba apuñalando a Juan Francisco, a pesar de que ayer declaró el acusado que no tenía esa intención y que pensaba que estaba "repeliendo golpes". Las dos forenses han afirmado que las puñaladas las tuvo que realizar en un corto espacio de tiempo y que las 16 heridas que tenía la víctima eran limpias y con una cierta profundidad, llegando algunas de ellas a dejar una pequeña marca en el hueso, por lo que sin duda "tuvo que emplear mucha fuerza". Durante la trifulca, la víctima no tuvo tiempo de defenderse, y a preguntas del jurado, las forenses han apuntado que Juan Francisco sufrió desde que se levantó del suelo hasta caer desvanecido dentro del bar, aunque la herida que presentaba en el corazón y un pulmón perforado redujeron su agonía, "pues hubiera fallecido igual por tanta pérdida de sangre", han relatado.

El informe mental del acusado, realizado tras su detención, echa por tierra la versión de Antonio, quien declaró ayer que tenía numerosas lagunas de todo lo que había sucedido y que, posiblemente la navaja se abriera accidentalmente en el transcurso de la pelea ya que él "no tenía esa intención", pues aseguran que Antonio no padece ningún trastorno de dependencia y consideran que tenía la capacidad de controlarse, a pesar de haber mezclado altas cantidades de alcohol y drogas. "La cocaína no afecta a la capacidad de conocimiento, puede diferenciar perfectamente entre el bien y el mal", apunta una de las forenses.

Definen a Antonio como una persona fría, narcisista, antisocial, y egocéntrica. "Suele pensar que todos hablan mal de él y no le gusta cumplir las normas". Los responsables del centro psiquiátrico, donde el acusado estuvo por primera vez en 1987 y meses después de estos hechos, han asegurado que padece un trastorno paranoide y que el consumo de drogas y alcohol "hacen de él una bomba explosiva".

De la jornada de la tarde destacó el visionado de las cintas de las cuatro cámaras de seguridad que recogieron la agresión. Fueron escenas duras, que aclararon que la gran mayoría de puñaladas tuvieron lugar dentro del local y no en la calle.

La familia de la víctima, quienes esperan que Antonio cumpla la mayor condena posible, se encontraban visiblemente afectados tras escuchar las declaraciones de los forenses y quieren dejar claro que Juan Francisco no era como Antonio dijo en su declaración ayer. "Ha dicho barbaridades", expresaba un familiar.