El pasado viernes uno de los ascensores cayó desde el primer piso con el abogado Antonio Martínez Sola en su interior. Ayer, el otro elevador de la zona pública, sufrió otra avería que dejó a dos personas encerrados unos minutos. Además, uno de los critales de la segunda planta de la sala de vistas se rompió, cayendo trozos tanto hacia el interior como al exterior del inmueble. Todo esto ha sucedido en los últimos días en el edificio de la Justicia cartagenera, donde esperan que la mala racha haya pasado y no vengan nuevos capítulos.

El letrado Antonio Martínez Sola luce un collarín en su cuello. Es la consecuencia de la caída que sufrió el ascensor situado al fondo de la entrada desde la primera planta del edificio. Susto y enfado, con denuncia incluida, según ha podido conocer Cartagena de Ley. Ayer, curiosamente, cuando un grupo de personas hablaba junto a la zona de escaleras de ese incidente, la alarma del otro ascensor comenzó a sonar. También se escuchaban golpes. Se trataba de un hombre y una mujer que se habían quedado encerrados entre la primera y la segunda planta. Los agentes Andreu y Pedrosa, guardias civiles encargados de la seguridad del edificio, lograron abrir las puertas minutos después, no siendo necesaria la llegada de la empresa de montaje.

Otro incidente también quedó en un susto, pues los cristales que cayeron hacia la calle y hacia el interior del edificio no alcanzaron a persona alguna. "No ganamos para sustos", expresaba un funcionario. "El Palacio de Justicia se nos rompe", le apuntaba otro en tono distendido para quitarle hierro al asunto.