El celo profesional de un agente de la Policía Local de Los Alcázares, que regresaba en ese momento de testificar en un juicio en Cartagena, ha permitido recuperar más de dos mil euros que un hombre, que le hizo el alto, denunció que le quitaron cuatro personas, a los que persiguió en su turismo, consiguiendo alcanzar y reducir a uno de ellos.

Poco después de las dos de esta tarde, la Policía Local recibió un aviso del Operador de Mando y Control del CECOPAL comunicando que un agente de estre cuerpo pedía auxilio en las cercanías  de la antigua fábrica de la Coca-cola, en el camino de Los Muñoces. La patrulla se desplazó al lugar, donde vieron dos turismos detenidos, uno con la rueda desinflada y otro que era el que utilizaba el agente. Las personas que estaban allí les informan que el agente salió a perseguir a los que le habían robado, el cual logra su objetivo y derriba en el suelo al supuesto ladrón, forcejeando con él. En ese momento llegan sus compañeros e introducen al sospechoso en el vehículo policial.

El agente explica en el atestado que venía de asistir como testigo a un juicio celebrado en Cartagena y que, cuando circulaba por la avenida Trece de Octubre, un vecino le llamó para decir que le habían roto el cristal de una ventanilla yh robado una bolsa con dinero del interior de su turismo y señaló al vehículo en el que iban los cuatro supuestos autores. El agente inició la persecución, pero los ocupantes del otro vehículo decidieron detenerse y huir por direcciones diferentes al observar que no podía zafarse de su perseguidor.

La Policía Local de Los Alcázares ha abierto una operación para localizar los otros tres ocupantes, dos hombres y una mujer. Además de tomar huellas dentro del vehículo, han analizado la documentación encontrada y pudiera tratarse de personas de origen suramericano, algunos con varias identidades y otros con antecedentes, según lo que se ha podido conocer a través de la Policía Nacional.

Dentro del vehículo de los ladrones encontraron diversos objetos y una bolsa con unos dos mil euros, además de una navaja y un puzón, que pudo ser utilizado para romper el cristal de la ventanilla del hombre que denunció que le habían sustraído el dinero