La supuesta agresión sexual tuvo lugar el 4 de enero de 2003. Ayer, doce años más tarde, se celebró el juicio. En ese tiempo la víctima ha fallecido, pero en este caso no se puede achacar al sistema judicial el gran retraso, pues en 2004 ya estaba terminada la calificación fiscal y se iba a fijar el juicio, pero la mujer desapareció y se tardaron varios años en localizarla. Ahora se ha celebrado la vista oral en la que, ante la ausencia de pruebas incriminatorias, la Fiscalía también pide que sea absuelto el hombre que lleva una docena de años imputado.

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La víctima denunció en su día en Comisaría que estaba en la discoteca ‘Caribe’ de Cartagena y que el acusado se ofreció a llevarla a casa, pero se dirigió a la zona de la playa de la Cortina, donde se bajó del coche (ella pensaba que iba a orinar) y se dirigió a la puerta del acompañante, bajándose los pantalones y pidiéndole que le efectuase una felación, a lo que ella se negó. Siguió insistiéndo, quitándole la camiseta de forma agresiva y pellizacándole un pecho, lo que provocó la rotura del sujetado. Después, estando ella en el suelo, se masturbó y le dijo: “Ahí te quedas, hija de…”.

Este relato motivó que se activase la maquinaria judicial y que, un año más tarde, la Fiscalía cerrase su calificación pidiendo al acusado dos años por agresión sexual y tres por retención ilegal, más 1.200 euros de perjuicios morales. Sin embargo, la víctima no fue localizada y pasaron varios años hasta dar con ella. Después el proceso se fue demorando por la salud de la mujer (falleció por un cáncer en 2013) y por problemas laborales del imputado, al estar trabajando en México.

Ayer, por fin, tuvo lugar el juicio. De aquella declaración a lo que ahora se ha podido conocer, la situación es muy distinta. El acusado, en su testimonio, que se puede escuchar en el vídeo adjunto, rechaza de plano toda esa historia, afirmándola que le dio una tarjeta de visita a varias personas y que después la víctima, a quien no conocía, la pidió que la llevara a su casa, lo que hizo. “La dejé y me marché”, sorprendiéndose semanas después cuando fue arrestado por una supuesta agresión sexual.

El fiscal, Orencio Cerezuela, señaló en sus conclusiones que la única prueba de cargo era la declaración de la víctima, pero apuntando que tardó 24 días en denunciar alegando que en Comisaría le habían dicho que lo mejor era verlo primero y después denunciar. También que no acudió a médico alguno ni aportó pruebas, como pudiera ser el sujetador roto. “No ha existido persistencia en su acusación y existen contradicciones en sus manifestaciones”, dijo, solicitando finalmente la absolución.

Por su parte, la abogada María Dolores Cayuela, que ejercía la defensa de oficio, remarcó esas contradicciones. “Es difícil creer que un policía le dijese lo que ella afirma y también pudo acusar a mi cliente con los datos de la tarjeta de visita que le dio. Tampoco buscó auxilio de nadie para regresar cuando dice que la dejaron en La Cortina. Es muy extraño todo y lo relacionamos con problemas mentales que ya tenía o con celos…”, dijo, además de expresar “el calvario que ha pasado mi cliente durante estos doce años con este asunto del que es inocente”.

Aunque se apunta hacia la absolución, habrá que esperar a la sentencia del tribunal de la sección quinta de la Audiencia, que es, en definitiva, quien tiene la potestad de resolver.