Lunes, Julio 08, 2024
   
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Celos y drogas o viceversa

Una pareja que tenía domicilios en Los Alcázares y Torre-Pacheco se acusa mutuamente de narcotráfico en un asunto aderezado por las sospechas de infidelidad del hombre hacia la mujer, quien a su vez presentó una denuncia por malos tratos. El fiscal pide para el hombre cuatro años de prisión y para la mujer la expulsión del país durante una década, mientras que las defensas solicitan cada uno la absolución de su cliente tras una vista oral que quedó pendiente de la sentencia del tribunal de la sección quinta de la Audiencia Provincial.




Manuel y Estefanía, ambos naturales de Paraguay, mantuvieron una relación sentimental durante más de medio año. "Éramos una pareja normal, que salíamos juntos a comprar alimentos o a tomar un bocadillo", dijo el hombre, pero por lo escuchado en la vista oral que ayer se celebró en Cartagena, poca normalidad tuvo el final de esa relación.

El motivo por el que estaban en el banquillo de los acusados eran los 41 envoltorios de cocaína encontrados en su domicilio por la Guardia Civil en mayo de 2008, junto a una balanza de precisión, elemento propio de la venta de estupefacientes. Él aseguró que era ella y su hermano los traficantes, mientras que la mujer afirmó que se limitaba a acompañar a Manuel, que era el vendedor. Así, el tribunal tiene ahora la papeleta de saber cuál de ambos miente… o si lo hacen ambos.

"Me tenía como una princesa"
Estefanía, tras una petición de nulidad de las actuaciones por parte de la abogada Paqui Nieto, fue la primera en testificar. Está en situación irregular en España y con una orden administrativa de expulsión desde 2013. Dijo que en nuestro país ha trabajado de camarera y con algún 'extra sexual', "Manuel me conoció, más o menos, así". Niega ser consumidora o vendedora de drogas, aunque indicó que acompañaba a su pareja cuando éste traficaba. "me tenía como una princesa, con muchos regalos, pese a que su sueldo era de unos 1.100 euros y no siempre iba a trabajar". En las declaraciones ante la Guardia Civil y en el juzgado dio detalles, como nombres y lugares de aprovisionamiento o venta, pero en el plenario lo negó. "Firmé la declaración sin leer, no tenía abogado". Sí dijo que su pareja la acusó por la droga como venganza porque ella lo denunció por malos tratos. "A salir de la discoteca se puso celoso y me golpeó, dejándome en un barranco de madrugada y con frío… Me pegaba por cualquier cosa".

"Mi error fue decir que iba a denunciarla"

Manuel, a continuación, dijo que no es consumidor ni vendedor de droga ("desde que llegué a España en 2001 sólo he hecho trabajar y mis jefes siempre me han estimado") y que surgió una discusión porque ella salía de fiesta y llegaba de madrugada. "Esa noche yo dormía hasta que llegó, entonces vi que llevaba droga en el abrigo y le dijo que la iba a denunciar… Ése fue mi error. Salí hacia el cuartel y ella se vino conmigo, intentando detenerme, arañándome la cara y cogiendo volante. Luego forcejeamos y cayó por un barranco, haciéndose sangre, por lo que la llevé al médico", expuso, añadiendo que pensaba que su pareja "tenía un amante" y que por eso llegaba tarde a casa. También dijo que en el domicilio venía su cuñado y otros que hablaban en guayaní para que Manuel no los entendiese. Sobre el inicio de la relación, apuntó que conoció a Estefanía en un bar pero que desconocía que trabajase en un club.

De los testigos que comparecieron después, algunos guardias civiles no aportaron nada al decir no recordar su actuación en aquella fecha. Sí lo hicieron dos. Uno apuntó que en el registro ninguno de los dos integrantes de la pareja les dijo dónde había droga y que todo apareció en un armario, estando una papelina en un abrigo beige. Otro agente creía recordar que se trataba de una prenda de mujer.

En las conclusiones, mantuvo la petición de 4 años de prisión para Manuel y varió la de Estefanía, que inicialmente era la misma, por expulsión del país durante diez años. Orencio Cerezuela consideró que existían "pruebas suficientes" para inculpar a ambos. "La mujer dio numerosos detalles en sus primeras declaraciones ante funcionarios sin intereses en este asunto y el hombre, que presentó la denuncia tras ser denunciado por violencia de género, tiene menores pruebas, pero también la existen contra él".

La abogada de Manuel, Paqui Nieto, mantiene que su cliente es inocente, amparado por su vida laboral y que llevó a la mujer al centro de salud y que luego colaboró con la Guardia Civil. Por su parte, Ángel Soria Bastida, sostiene que la mujer llevaba un alto nivel de vida por los ingresos que su pareja tenía con la venta de droga. Ambos, en el supuesto de una condena, solicitaron que se aplicasen las atenuantes de dilaciones indebidas.

El tribunal, integrado por José Manuel Nicolás, Matías Soria y José Francisco López, será el que resuelva este cúmulo de acusaciones cruzadas.

 

 

 

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