El hombre que fue agredido con un hacha a las seis y media de la mañana, cuando salía con el dinero del cambio de su cafetería, en el portón de su casa de Los Dolores afirma que no se dio cuenta con qué clase de arma (la cual se había comprado en un establecimiento chino) le estaban atacando hasta instantes antes de que el agresor se diera a la fuga. También que hay indicios de que lo que pretendía "era secuestrarme". El juicio que se iba a celebrar ayer, en el que la Fiscalía iba a pedir más de ocho años de cárcel al acusado, tras solicitud de la acusación particular de intervenir en el procedimiento.

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Ángel está teniendo verdadera mala suerte en los últimos tiempos. Hace cuatro meses fue atracado por unas personas de origen rumano en Murcia, recibiendo unos golpes que le provocaron una parálisis facial de la que no se ha recuperado. Ahora, hace justamente una semana en concreto, se disponía a salir de su vivienda en Los Dolores sobre las seis y media de la mañana con unos mil doscientos euros en un bolsa, que era el cambio que llevaba al bar 'Los cazadores', que regenta su esposa, quien está en estado de gestación. "Desde que sufrí el atraco en Murcia voy con miedo y he extremado mi atención, pero no esperaba que nada más abrir la puerta se me abalanzaran desde la oscuridad, pues la calle estaba sin alumbrado", indica a Cartagena de Ley sobre lo que le ha sucedido. "Intenté repelerlo, pero me dio de lleno, que me lanzó hacia atrás, forcejando entonces ambos dentro del portón que da acceso a las viviendas de mi padre y nuestra".

En su cráneo lleva cinco puntos de sutura por ese primer golpe, que no fue el único que recibió. "Mientras forcejeaba, gritaba a mi padre, pero no escuché a nadie, por lo que, pese a que me dio dos golpes más, pensar que podía haberle pasado algo a mi familia me dio fuerzas y lo enganché, sacándolo del portal. Intenté cerrar, pero puso el pie y me intentó dar en la mano con el objeto que llevaba, y fue entonces cuando me di cuenta que era un hacha. El golpe no me pilló la mano, pero dio contra el mármol, rompiéndolo", continúa relatando, apuntando que, quizás, si se hubiese dado cuenta de que era atacado con un hacha, "si lo sé antes no sé cómo hubiese actuado, quizás me hubiese invadido el miedo".

Consiguió cerrar la puerta y el agresor se dio a la fuga sin la bolsa que buscaba, mientras que Ángel notaba como su rostro estaba cubierto de sangre. Después llegó una ambulancia para atenderlo y la Policía Nacional. Un vehículo estacionado cerca de la vivienda y que ningún vecino conocía fue objeto de vigilancia. Dos personas, una de ellas amiga de la víctima, fueron a recogerlo, interviniendo entonces los agentes de Comisaría.

Un hacha comprada en un establecimiento chino
En el vehículo aparecieron cuerdas y cinta aislante, "pienso que me quería secuestrar", dice quien está convencido de que alguien avisó al agresor de la hora y el lugar en el que salía cada día con el dinero. En el turismo también apareció la factura de compra del hacha en una tienda regentada por personas de origen chino en Los Dolores (Cartagena).

El principal detenido es una persona que salió hace un año de prisión tras cumplir catorce años por un homicidio doloso, según informan fuentes policiales. Desde hace una semana está en situación de prisión preventiva.

Ayer, en la sala de Lo Penal número 2 de Cartagena, estaba previsto celebrar el juicio contra José Salvador B.L., el agresor, pues el supuesto cooperante, quien también había sido detenido por la Policía Nacional, no estaba imputado.

La Fiscalía pide una pena de 5 años de cárcel por el delito de lesiones y de 40 meses por el robo con violencia agravado por la tentativa de homicidio, mientras que la defensa, que lleva de oficio Antonio Sánchez Aliaga, alega que el acusado no utilizó el hacha como tal, sino como "un garrote" y que ningún golpe que recibió la víctima fue con el filo.

Ángel ha buscado como acusación particular a los abogados Juan Francisco Pérez Avilés y Esther Guzmán Linares, pero no podían intervenir en el juicio al no haberse personado a tiempo en el procedimiento. Los letrados expusieron al juez que su cliente sí fue informado de que podía hacer uso de un abogado particular en Comisaría, pero no en el juzgado de guardia, por lo que pedían la suspensión del proceso. El fiscal se adherió a la protesta y se opuso la defensa. Finalmente, el juez acordó anular las actuaciones y retrotraer el proceso, que volverá a activarse en el juzgado de guardia, ahora con los abogados de la acusación particular, quienes no descatan ampliar la acusación al supuesto colaborador. 

Ángel espera que se ha justicia, mientras que sufre las consecuencias psicológicas de lo que ha sufrido. "He instalado alarmas y cierro con pestillo hasta la puerta de la habitación… voy con miedo a todos los sitios".