El cuarto anecdotario del Ilustre Colegio de Abogados de Murcia (Icamur), elaborado en base a las historias acaecidas en el último año que ha recogido Mercedes Cárceles Hernández, con el apoyo de sus compañeros, incluye una simpática historia de un hombre que acudió al SOJ y trató de aprovechar la visita para vender unas gafas.

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- Se acerca a la ventanilla un sen?or de etnia gitana de unos 70 an?os, alto, con bigotillo arreglado y pelo engominado, traje azul marino con chaqueta cruzada y grandes botones dorados, pidiendo informacio?n. Mientras espera su turno, lo oi?mos primero, y vemos despue?s, zapatear, con bastante arte, delante de todos los solicitantes que esta?n esperando y ... asombrados.

Le llega su turno y termina el especta?culo pues tiene que pasar al despacho, donde es atendido por el letrado del Servicio de Orientación Jurídica (SIJ), donde le dan cita para que vuelva di?as ma?s tarde a las 9.30 horas para traer la documentacio?n que le ha faltado, a lo que nos contesta:

-Mira, chavala, trabajo tos los diah hasta las 4 de la madruga?, bailando flamenco. ¿Tu? cree? queste cuerpo pue? estar aqui? tantemprano? –dice, sen?ala?ndose con orgullo, de cabeza a los pies.

Despue?s de unos minutos de dura negociacio?n, la empleada del S.O.J. consigue hacerle entender que tiene que asistir a esa hora. Pero en el momento de despedirse, e?l aprovecha la ocasio?n para intentar hacer negocio:

-Mira ehta gafa, te la dejo barata –le dice, mientras saca con disimulo del bolsillo interior de su chaqueta una imitacio?n de Ray-Ban.